A sus 59 años, fallece en Valladolid tras una brutal paliza a manos de un menor la Ely. Ella, con mil batallas que contar y una sonrisa por bandera “era el rey de la fiesta; divertido y muy buena gente”, relatan sus allegados. Pero también fue pionera, una de las primeras personas en la localidad en reivindicar los derechos LGTB. “Él no se escondía. Lo veías en la discoteca y era rompedor”. Ella fue la que se llevó los primeros ‘palos’ y los insultos. A modo de escudo humano se enfrentó y planto cara a los prejuicios, para que, muchos otros, años después, siguieran su camino. Sin embargo, el pasado 12 de agosto, su vida se vio turbada por el odio, por el ensañamiento.
Un maldito 12 de agosto
La madrugada del pasado 12 de agosto, en las inmediaciones del centro comercial Vallsur, Ely se encontraba con el que sería su verdugo, un menor de 15 años. “La pelea fue más que brutal”, reconocen desde su entorno. El joven le asestó puñetazos y patadas y la dejó tirada en el suelo. Iba vestida de mujer, pero cuando la Policía la socorrió estaba desnuda. Además, el menor, le robó el teléfono móvil. No se sabe más de lo que sucedió en el popular centro comercial donde fue apaleada, el resto está por dilucidarse. Sin embargo, la única evidencia con la que contamos es que “le pegaron por ser homosexual, no cabe duda de que fue por transfobia”, aseguran desde la Asociación ATC Rainbow.
Al día siguiente, el menor de 15 años se presentó con su madre en la Comisaría de la Policía Municipal. Desde entonces, permanece ingresado en el centro de menores Zambrana. Tras la muerte de la Ely, será investigado como presunto autor de un delito de homicidio. “No hay derecho. Basta ya de impunidad y de mirar para otro lado, es indignante que una persona como la Ely haya tenido un final así”, reconocían sus seres queridos.
Mientras el menor declaraba en las dependencias policiales, en el Hospital, todos rezaban por la vida de Ely. Este fin de semana ha muerto un símbolo, una enseña de la lucha por los derechos LGTB. En Valladolid lloran su pérdida. El mundo llora su pérdida, no es para menos. ¡Ni una más!