Hace unos meses el Ayuntamiento de Alcalá firmó contratos con la empresa EcoBlu y LINK para incorporar vehículos de movilidad sostenible, los monopatines eléctricos y las bicicletas, y así hacer de Alcalá una ciudad más respetuosa con el medio ambiente. Además, desde el Consistorio establecieron más de 250 puntos de anclaje o aparcamiento para dichos vehículos, de tal manera que los usuarios pudieran recogerlos y estacionarlos tras su uso. Por otra parte, se desarrollaron unas Apps donde los vecinos podían buscar los emplazamientos para coger los monopatines y bicicletas, así como desbloquearlos y comenzar su recorrido.
Ya en mayo del año pasado se cambió la regulación de estos vehículos de movilidad personal (VMP). La nueva normativa vigente les permitió circular por los carriles de a 30 km y carriles bici, sin embargo, se prohibió su uso tanto en zonas peatonales como aceras, y el Ayuntamiento recordó que había más de 42 km de recorrido en Alcalá para poder circular con ellos. Poco a poco estos aparatos fueron cobrando mayor protagonismo entre los ciudadanos, convirtiéndose en fieles compañeros de viajes por ciudad.
No consiste solamente en equipar a la ciudad con estos vehículos, sino que tienes que ver que esas medidas se puedan cumplir
A día de hoy, este auge se mantiene, pero hay una serie de aspectos que hacen de este nuevo proyecto de movilidad sostenible algo un tanto peligroso. Muchos vecinos de Alcalá han comenzado a quejarse debido a que los vehículos, sobre todo los monopatines eléctricos, se encuentran en mitad de las aceras y zonas peatonales, dificultando la circulación de los viandantes, según Lidia Martín, una alcalaína que recorre la Vía Complutense para ir a su trabajo, “esta iniciativa me parece muy bien para aquellas personas que no tengan coche, pero los dejan donde quieren, todos tirados”. Por otra parte, Guillermo considera que “debería haber más vigilancia para que la gente no pudiera dejarlos donde les de la gana, por lo menos para no encontrarlos en mitad de una calle, de un jardín, o rotos, que algunos he visto, es increíble de verdad”. Marta, otra vecina alcalaína, también ha querido destacar que “en otros países del norte de Europa esto no pasa, la idea está muy bien, pero la gente es muy poco disciplinada, deberían multar cuando pasen esas cosas”.
Aparte de encontrarlos desperdigados por la ciudad, sin respetar los espacios para peatones y para vehículos, otros vecinos consideran que Alcalá no está bien dotada de infraestructuras para poder llevar este proyecto sostenible a buen puerto, echan en falta más medidas de vigilancia, más carriles bici y, en definitiva, más seguridad. “Yo creo que la ciudad no está preparada en absoluto, de hecho, tengo amigos que cogiéndolo alguna vez han tenido que tener mucho cuidado y respeto. No consiste solamente en equipar a la ciudad con estos vehículos, sino que tienes que ver que esas medidas se puedan cumplir”, explicaba Marta. Luis y Paola, dos vecinos alcalaínos, afirmaban que “la ciudad no está preparada porque hay demasiadas zonas peatonales. Además, aquí vive mucha gente de tercera edad y estos aparatos suponen un verdadero peligro para ellos”.
Así, tras escuchar varias opiniones de nuestros vecinos, todos coincidían en tres aspectos: Alcalá no está preparada a nivel infraestructuras y espacios para acoger este tipo de VMP, además, desde el Ayuntamiento deberían implementar más medidas tanto para hacer de la ciudad un espacio donde poder circular con estos vehículos, como programas de concienciación de responsabilidad ciudadana. También consideran que debería haber más vigilancia y más control para que estas bicis y monopatines no estén en zonas peatonales, y para otorgar seguridad a los ciudadanos que, en la actualidad, parecen no tenerla.
###41675##