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El tema medioambiental es una de las tantas asignaturas pendientes que tiene el Ayuntamiento de Alcalá. Desde Televisión de Madrid hablamos con la Asociación de Vecinos Azaña, una agrupación de la ciudad que lleva varios años protestando por la situación del vertedero de la ciudad y el supuesto cierre que iba a sufrir en el año 2019 y que, a día de hoy, todavía queda pendiente.
Así, la presidenta de la Asociación, Aurea Loira García, "hemos visto cómo han sustituido los montones de residuos por montones de geotextil, con lo que supuestamente harán el sellado. Sin embargo, pasa el tiempo y ese material sigue ahí". Además, Aurea Loira afirma que están preocupados por el tipo de cierre que quieren realizar, y pide que se empleen técnicas que impidan la reapertura del vertedero "por el capricho de algún partido político de turno".
Además, la presidenta afirma que la situación es vergonzosa, los residuos se acumulan juntos, sin ningún tipo de separación, dejando a un lado todo discurso de reciclaje y sostenibilidad. Y, por si fuera poco, "a raíz de todo el trasiego de basura que se ha dado estos años, se creó una plataforma, una estación transferencia de basura en el cuarto vaso del vertedero, que supuestamente estaba cerrado". Así, parece que el consistorio lo volvió a abrir, hicieron como una especie de volcán, y dentro del mismo se creó esa estación. Ni sellado ni cierre, reapertura de vasos y más basura.
Cabe destacar que las consecuencias que conlleva para la ciudad el mantenimiento de este vertedero son muchas, no hay plan para el Río Henares, ni fomento del turismo que valga cuando una ciudad, en pleno siglo XXI, huele mal, y no es capaz de gestionar sus residuos. Así lo manifiesta Aurea Loira, quien afirma que "la gestión de los residuos en Alcalá es una asignatura pendiente. Es chocante que seamos una ciudad Patrimonio de la Humanidad y no sepamos planificar que si tu llenas algo durante 35 años en algún momento se colmatará", "llevamos detrás de ellos mucho tiempo". Ahora, según la presidenta, hay que procurar que todos los efectos negativos que conlleva tener el vertedero de la ciudad a 800 metros de la misma se minimicen, "lo malo es que hemos llegado a normalizar esta situación, que tiene consecuencias para la salud".
Ya en diciembre de 2020, tras haberse cumplido un año desde el anuncio del cierre del vertedero, varios vecinos vieron que la actividad seguía y no se cumplían los plazos que, desde el consistorio, habían establecido para la clausura, "veíamos que nos vendían medias verdades y no eran claros con nosotros", afirma la presidenta de la Asociación Azaña. Así mismo, Aurea afirma que la transparencia es otro de los puntos flojos del Ayuntamiento, pues llevan solicitando documentación e información acerca de los nuevos pasos que dan para sellar la zona, y no atienden a sus demandas.
Sin embargo, desde la Asociación de Vecinos Azaña no cesan en su intento por conocer una de las realidades que más afecta a nuestra ciudad, e instan en que, lo único que piden como alcalaínos, "es que se cierre el vertedero y se haga un sellado del siglo XXI, que nos den información, respondan a nuestras dudas y sean claros en sus actuaciones".