A sus 18 años, el alcalaíno Alejandro Molina es uno de los mayores talentos deportivos de nuestro país. “La base es mucho entrenamiento, mucho trabajo. También hay que tener suerte, porque me han respetado mucho las lesiones. Pero, detrás de todo eso, hay muchísimo entrenamiento”, nos explica nuestro campeón, que nos recibe en el lugar en el que comenzó todo: el gimnasio del Colegio Antonio Machado.
Allí comenzó con tan solo cuatro años y allí consiguió convertirse en el mejor karateca cadete del mundo: “soy de un barrio humilde, entrenamos en un colegio, que parece difícil, pero bueno, con entrenamiento y con esfuerzo todo se puede conseguir”.
Alejandro apura sus vacaciones y lo hace recuperándose de una subluxación en su hombro izquierdo, que le obligó a operarse en el mes de abril. Su objetivo, a corto plazo, es recuperarse lo antes posible y volver a competir, aunque tiene muy claro cuál es su máxima aspiración para los próximos años.
“Ojalá. Es un reto y ojalá llegue aquí el olimpismo. Es el objetivo a largo plazo. Todo el mundo tiene ese reto puesto en mente, todo el mundo está entrenando ya para ese reto”, nos cuenta nuestro campeón al hablar de los Juegos Olímpicos de Tokyo, los primeros en los que estará presente el karate.
Alejandro es un fijo en la selección nacional, aunque hay algo intocable: quiere seguir entrenando con su Karate Antonio Machado. “Ya me han ofrecido ir a entrenar al Centro de Alto Rendimiento de Madrid pero yo me quedo aquí. Yo con mi gente. Yo he quedado Campeón del Mundo aquí, he quedado campeón de España aquí y he quedado Subcampeón del Mundo aquí y yo voy a seguir aquí siempre”.
Ya me han ofrecido ir a entrenar al Centro de Alto Rendimiento de Madrid pero yo me quedo aquí. Yo con mi gente
Dentro del Karate Antonio Machado, Alejandro siempre se ha sentido como en casa. Tanto es así, que cuando habla de su entrenador lo hace con un trato casi familiar: “Somos un equipo. Él me ha dado todo y yo también le he dado muchas cosas, pero él me ha dado más a mí”.
Su entrenador, Jonathan Huertas, solo tiene buenas palabras para su alumno: “Alejandro destaca por ser un poco tímido, humilde y, sobre todo, trabajador”.
Jonathan estuvo presente en el mejor recuerdo de nuestro karateca. Tuvo lugar cerca de casa, en Guadalajara, en el año 2013. “Quedé campeón en mi país, con toda mi gente, con todo mi barrio, ese momento nunca se me va a olvidar”.
Y, a pesar de la derrota, tampoco podrá olvidar jamás su Subcampeonato mundial logrado en Yakarta. Alejandro recuerda el torneo y reconoce que fue “un poco raro” el resultado, pero sonrié al pensar que, moralmente, fue el campeón.
Aun siendo uno de los mayores talentos de nuestro municipio, el karateca se ha encontrado con la falta de apoyo económico de las instituciones municipales. Sin embargo, su entrenador cree que las cosas cambiarán: “Las instituciones locales están luchando, ha habido un cambio de gobierno y están trabajando en ello. El concejal de deportes, Alberto Blázquez, se ha hecho eco del karate que se está haciendo aquí, en este barrio con lo que significa a nivel cultural y social este barrio.
Esas dificultades económicas las viven, sobre todo, los padres de los más de 120 karatecas que componen el KAM: “no solo pagan la cuota del mes sino que hacen un esfuerzo titánico para poder viajar, para que ellos viajen”.
Aun así, nuestro Karate Antonio Machado es una de las instituciones más prolíficas dentro del karate nacional: “somos entre unos 120 y 130 karatecas de todas las edades, desde 4 años hasta 60, que tenemos gente adulta haciendo karate y luego tenemos un número de competidores bastante alto. Tendremos como unos 40 o 45 competidores, que están en buen ranking nacional”.
Que los nuestros sigan trabajando así y que no paren de salir campeones. Mientras tanto, en Alejandro ponemos todas nuestras esperanzas para devolver el olimpismo a Alcalá de Henares.