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Entrevista a Darío Facal: “lo más bonito que podemos sacar de esta pandemia es salir reforzados en la convivencia y no en la desunión”
Hablamos con el director artístico del Corral de Comedias de Alcalá de Henares sobre la vuelta a los teatros y el estreno de temporada en este emblemático escenario regional
Alcalá de Henares |

Amanda Avilés

@AmandaCoconutt

Tres temporadas lleva Darío Facal moviendo los hilos en la dirección artística del Corral de Comedias de Alcalá de Henares. Nombrado en 2017, desde entonces, y mantiene, selló un compromiso con “hacer del teatro un espacio de expresión, en el que haya diálogo y se mantenga el derecho a discrepar”. Como dice, “el hecho de que podemos no estar de acuerdo y, sin embargo, podemos seguir queriéndonos, es lo que nos hace demócratas”.

Una democracia escénica que estrena una temporada “anómala” este 2020/21, como él mismo califica, pero no por ello austera de ganas. “Yo estoy muy contento con la programación que tenemos”, y destaca, “y del equipo, por su solidaridad, apoyo y convivencia”. Darío Facal nos desgrana los entresijos de una profesión herida por la situación actual que intenta recuperar su rodaje y hacer que el público disfrute, de nuevo, de las artes vivas.

“Vivo en el presente”

El temor a que todo se trunque no le asola a Darío. “Yo, personalmente, vivo, desde antes de la pandemia, en el presente; no en el futuro”. Es la respuesta que nos da cuando presuponemos un escenario en el que haya que volver a echar el cierre por motivos extremos de salud pública. El director no cede al apocalipsis imaginario, y prefiere optar por el positivismo. “Creo que el idealismo es más necesario que nunca, el realismo pesimista no nos va a unir”. Algo que toma como una “responsabilidad”. “Nos hemos criado en un mundo donde el pesimismo parece más digno intelectualmente, y el optimismo es ingenuo e infantil”, lamenta. “Creo que es necesario cambiar esa marcha. Como sociedad, no hay que polarizarse”.

Con el sarcasmo de la mano, propone, para evitar la difusión de mensajes nocivos e inútiles a efectos de soluciones, “cobrar un euro por cada publicación en Twitter”, con el básico objetivo de “pensar lo que se quiere publicar”. “Lo más bonito que podemos sacar de esta pandemia”, espera, “es salir reforzados en la convivencia y no en la desunión”.

No obstante, si algo fuese mal y el optimismo no ganase la batalla, Darío asegura que su palabra con las puestas en escena es inquebrantable. “Mi compromiso siempre ha sido, y seguirá siendo, volver a encontrar un espacio para que esas producciones, que ya han desembolsado grandes cantidades de dinero, puedan pervivir”.

Nos hemos criado en un mundo donde el pesimismo parece más digno intelectualmente, y el optimismo es ingenuo e infantil

“Nunca digo que no”

Llega, en la conversación, la pregunta obligada sobre su opinión en las medidas restrictivas de los espacios escénicos, y Darío se muestra más humano que muchos. “Creo que cualquier decisión en una circunstancia de emergencia es difícil”, considera, y “quiero pensar que la voluntad de los políticos es buena y responsable con lo que es mejor para los ciudadanos y el bien común”. No obstante, difiere entre la voluntad y los criterios. “Hay que pensar en las consecuencias que tiene para muchos sectores, y me parece que lo que es muy doloroso es que según qué ámbitos sean tratados con diferente rasero". “Que se intente imponer a los espacios cultuales unas medidas estrictamente restrictivas que no se cumplen, de la misma manera, en otros ámbitos como el transporte”, recalca, “siendo igualmente esenciales y de los que también dependen muchísimas familias”.

En lo relativo al contenido en las obras de esta temporada, el coronavirus no tendrá papel. “Ni ha dado tiempo ni sé hasta qué punto es deseable ponernos a hacer teatro de esto”, considera. “A no ser que tengamos algo muy extraordinario que contar… al final todos estamos viviendo esto”. La programación seguirá siendo “muy variada” porque “nunca nos hemos ajustado a un único tema para hacer una especie de dramaturgia transversal”. “Lo hermoso”, opina, “es que haya diálogo”.

Eso nos lleva a preguntar cuál es el baremo de Darío Facal como director artístico a la hora de rechazar propuestas. “Yo nunca digo que no, yo solo digo que sí”. Nos provoca la risa, pero él, impasible, se explica. “Apoyo y doy espacio a los espectáculos que cuadran más”, responde, e insistimos en saber cuál es el límite. “Si me vas a dedicar 16 páginas, me tomo un café contigo y hablamos”, propone. Entre risas, lamentamos decirle que no tenemos ese espacio. Y volvemos a Twitter. “Al igual que hay ideas que no son un libro, hay ideas que no son un tweet”. Emplazamos ese café; habrá que encontrar la forma de ampliar la edición de Soyde.