El Real Jardín Botánico de la Universidad de Alcalá ha desarrollado, durante este año, un nuevo programa de integración para personas mayores, fruto del acuerdo de colaboración firmado, el pasado año, con el Ayuntamiento de Alcalá de Henares.
En este contexto, se han desarrollado dos tipos de actividades: una para grupos más numerosos, de unas 50 personas, que pueden pasear sin dificultad y otra para pequeños grupos de personas con movilidad reducida, que han realizado visitas guiadas en vehículos eléctricos (buggies), ayudando a los desplazamientos en el interior del recinto.
Para hacerlas, el Jardín dispone de tres buggies, uno conducido por un educador que, con un altavoz, da las explicaciones durante el recorrido y otros dos que pueden ser conducidos por los propios visitantes del grupo.
Esta iniciativa ha sido valorada muy positivamente por los usuarios, que coinciden en destacar que no es lo mismo visitar el jardín de forma particular que visitarlo en grupo y acompañados, además, por los educadores.
Según el Informe Mundial de la Organización Mundial de la Salud sobre Edadismo, este se define como los estereotipos, prejuicios y discriminación dirigidos contra otras personas o auto infligidos por razones de edad. En el caso de los mayores, en el mismo informe se destaca cómo el edadismo contribuye a producir el aislamiento social y soledad que se dan de forma generalizada en las personas mayores. Y el aislamiento social y el edadismo tienen graves repercusiones en la salud y la longevidad.
No es lo mismo visitar el jardín de forma particular que visitarlo en grupo y creando lazos
Las personas mayores cada vez se encuentran más aisladas en las ciudades, lo que genera problemas de inseguridad, soledad y depresión. Por eso, la organización de grupos que comparten aficiones comunes, como en el caso de estas visitas, favorece que se establezcan lazos entre personas que ayudan a combatir estos problemas. En esta línea, un jardín botánico puede contribuir a reducir el edadismo mediante la creación grupos de personas mayores que comparten una afición común, la oferta de pasar un día en contacto con la naturaleza, así como la ayuda para interpretar y entender lo que están viendo.
Así pues, los jardines botánicos pueden crear lazos de unión y organizar grupos que, de otra forma, no se conocerían. Y no solo entre los miembros del grupo, sino también entre estos y el personal del jardín.
Además, de esta forma, se pueden entablar relaciones con diferentes instituciones que están en contacto con la tercera edad, como centros hospitalarios o asociaciones de distintos tipos.
Precisamente, la revista ‘Roots’, editada por la asociación que integra a los principales jardines botánicos del mundo, la ‘Botanic Gardens Conservation International (BGCI)’, ha destacado este programa, que permite aumentar la autoestima y el disfrute de la visita a este colectivo, también favorece el interés del grupo por participar juntos en otras experiencias, incluso fuera del propio jardín.
###86115##