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Julia Iniesta, fundadora de Café Pendiente en Alcalá y Alrededores, habla con Televisión de Madrid para desvelarnos todos los detalles de este proyecto. Una iniciativa que está implantada en otros países, y que Iniesta trajo a nuestra ciudad.
"Llevo ya dos años con esta iniciativa, que surgió un poco por casualidad. Todo comenzó en Zaragoza, en la calle Alfonso, cuando estaba con mi hermana en una cafetería", explica la fundadora. Mientras estaban en el local, ambas vieron a través del cristal una mesa con un café, "estábamos en plena Navidad, con frío, ya os imagináis. Pues vimos cómo una mujer se acercaba a la mesa, cogía el café, y lo rebañaba, me quedé sorprendida".
Fue ahí cuando Iniesta pensó en buscar si nuestra ciudad había puesto en marcha algún local de Café Pendiente, "porque esto no lo inventé yo, esto se viene haciendo desde hace muchos años en Italia, y tiene su origen en Nápoles. En casi todas las cafeterías tienes la opción de "Aquí puedes dejar un café pendiente", un café pagado para alguien que lo esté pasando mal y lo necesite", afirma Iniesta.
Sin embargo, al llegar a Alcalá se dio cuenta de que no quería que la iniciativa se quedara en solo un café, y se preguntó "por qué no dejar pan, carne, material escolar... Lo del día a día que necesitan todas las familias. Así que cree el perfil en redes sociales, y tuvo mucho éxito", mantiene la fundadora. Además, la gente puede colaborar de manera anónima a través de los locales que se han sumado a esta iniciativa.
Yo comencé nada más que con 10 locales adscritos, pero cuando empezó la pandemia, la solidaridad fue brutal
Pero, el momento de verdadera inflexión y asentamiento del proyecto fue cuando estalló la pandemia del covid-19, "me vi un poco saturada, porque los locales que se habían unido, que aún eran muy poquitos, tuvieron que cerrar por el confinamiento. Yo dije, madre mía, yo sola, con tantas familias que me escriben pidiendo ayuda, no lo puedo dejar, esto tiene que funcionar". Y así fue, uniendo sus fuerzas con asociaciones de la ciudad, como Barabú Payasos, pudieron sacar adelante esta iniciativa.
No obstante, lejos de darse por satisfecha, la fundadora investigó otras formas para poder ayudar todavía más a todas las familias que lo necesitaban, incorporando el "bizum solidario para los comercios de fresco, porque esos sí estaban abiertos, y funcionaba. Yo tenía una lista hecha de familias que me habían solicitado ayuda, e iban a recoger su pedido. Además, tengo personas muy buenas a mi lado que me han ayudado mucho", afirma Iniesta.
Un proyecto que cuenta ya con más de 40 locales adscritos. "Yo comencé nada más que con 10, pero cuando empezó la pandemia, la solidaridad fue brutal. Contamos con locales de todo tipo, desde carnicerías, pescaderías, incluso peluquerías", explica la fundadora, todos ellos se pueden ver en la página web de Café Pendiente.
Así, Julia Iniesta muestra todo lo que hay detrás de un gran proyecto. Una iniciativa cuyo sueño es que "en todos los barrios haya por lo menos tres o cuatro comercios que tengan el logo de local solidario. Que la gente sepa que no tienen por qué hablar conmigo directamente pero, si necesitan una barra de pan pueden preguntar, y se la van a dar. Aquí puede ayudar todo el mundo, de cualquier edad".
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