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La batalla: instituciones sanitarias vs superbacterias
Un profesor de la UAH ha explicado la lucha que tienen las instituciones sanitarias contra las bacterias resistentes a los antibióticos
Alcalá de Henares |

Las Superbacterias, término acuñado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2017, hacen referencia a un grupo de patógenos resistentes a los antibióticos. Se trata de una amenaza real que hay que afrontar. Y ahora, gracias al profesor Manuel Rodríguez Zapata, hemos podido saber más sobre ellas.

Entre las Superbacterias podemos encontrar 12 familias de bacterias que provocan 400.000 casos de infecciones al año, una mortalidad en torno a 25.000 pacientes hospitalizados, y un coste de 1,5 billones de euros anuales.

Su capacidad innata de encontrar nuevas formas de resistir a los tratamientos antibióticos, así como su potencial para transmitir material genético que permite a otras hacerse fármaco-resistentes, ha obligado a la OMS a lanzar una campaña para llamar la atención sobre la peligrosidad de las superbacterias y la importancia de su investigación biomédica.

El profesor de la UAH Manuel Rodríguez Zapata explica la batalla que libran las instituciones sanitarias contra las bacterias resistentes a los antibióticos

Categorías

Estas bacterias están divididas en tres categorías. En la lista aparecen bacterias de prioridad crítica, multirresistentes y especialmente peligrosas en hospitales e instituciones sanitarias y en pacientes que requieren dispositivos. Este tipo de bacterias “pueden provocar infecciones muy graves y a menudo mortales en forma de neumonías, sepsis y bacteriemia”, explica el profesor de Medicina de la UAH Rodríguez Zapata.

Hay otros dos grupos que integran las bacterias, también multirresistentes, que tienen una prioridad alta y media y provocan enfermedades comunes como las intoxicaciones alimentarias por salmonela. La explicación, según el profesor, es que “desde el inicio de la introducción de la penicilina han desarrollado resistencias y, a medida que se han ido incorporando nuevos antibióticos, han surgido resistencias nuevas, que se han ido transmitiendo de unas especies de bacterias a otras a través de material genético”.

Frente a esta evolución de resistencias de las bacterias, se ha producido una ralentización del desarrollo de los antibióticos en las últimas décadas. “Desde finales de la década de 1960 no se han desarrollado nuevas moléculas y los nuevos antibióticos son modificaciones de moléculas anteriores”.

¿Somos conscientes del peligro?

La alarma ya se ha producido y hay una conciencia clara de la alerta en la OMS, en las sociedades científicas, y entre el personal sanitario en todos los ámbitos”, dice el profesor de la UAH. Lo importante, señala, es que se puede luchar contra esta situación “mediante la administración adecuada de los antibióticos, promoviendo una ‘adherencia al tratamiento’ estricta”.

Según dice Manuel Rodríguez Zapata, hay que establecer protocolos de control de la infección y sistemas de asesoramiento a todos los profesionales que lo puedan necesitar, así como investigar para desarrollar nuevos antibióticos y nuevas combinaciones.