César y Jorge Cadaval, más conocidos como Los Morancos se subieron a las tablas de la Huerta del Palacio Arzobispal para demostrar que, pese a los años, siguen manteniendo su esencia. El dúo humorístico desembarcó con su nuevo espectáculo `Antónimos´ donde no faltó la crítica mordaz a la actualidad política, su versión más peculiar de `Despacito´ y, como no, sus alter ego Antonia y Omaita. Una conjunción de novedad y tradición que se disfrazaron de humor para arrancar las carcajadas de los cientos de asistentes.
Humor reivindicativo
`Antónimos´ es la nueva obra maestra de estos dos sevillanos. El hilo conductor del espectáculo es la infidelidad de la mujer de César, quien ha abandonado al “gordito” por su profesor de zumba. Las bromas por parte de su hermano Jorge están servidas.
Pese a que el affaire de la voluptuosa mujer de César fue el protagonista, hubo espacio para la crítica a nuestros políticos y reivindicaciones. Los Cadaval se acordaron de Montoro y su IVA cultural, al igual que de Esperanza Aguirre y Cifuentes a las que compararon con las niñas de `El Resplandor´. No hizo falta imaginar mucho porque se proyectó el montaje en la pantalla que ocupaba la parte central del escenario.
Puesta en escena
Los brillos y las luces fueron los protagonistas de la noche. El show empezaba con un Jorge deslumbrante. Literalmente. Hizo una magnífica aparición, micrófono en mano, con una chaqueta de lentejuelas plateadas. Sería el preludio de lo que fue un espectáculo con mayúsculas donde hubo espacio para la improvisación.
Tampoco pudo faltar su último éxito musical en youtube. El `Despacito´ protagonizado por los sevillanos más televisivos, representaba el juicio por el Caso Nóos y su veredicto en el que Iñaki Urdangarin salía impune.
Fueron 90 minutos de risas y aplausos que transcurrieron entre ácidos comentarios, letras desenfadadas y las peripecias de Antonia y Omaita.