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Desde el pasado mes de agosto, los vigilantes de seguridad del Museo de Ciencia y Tecnología de Alcobendas están viviendo una auténtica pesadilla que comenzaba cuando la empresa concesionaria del contrato público, Sergursa 2000, les anunciaba que no iba a poder hacer frente al pago de sus nóminas. Tras varios meses, llegaba el palo final en noviembre, la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología, rescindía el contrato con la empresa de vigilancia dejando a todos sus trabajadores en la calle.
"La Fundación decidió rescindir el contrato debido a los impagos que se venían produciendo desde el verano", nos explica Héctor Castaño, portavoz del Sindicato de Trabajadores de Seguridad y Servicios (STSyS), "esto se produjo porque había gente que no fue a trabajar, bien porque estaba de baja, bien porque habían pedido el día y la empresa no les cubría, evidentemente, porque al no pagar las nóminas, pues nadie iba a hacer esos descubiertos. Entonces la fundación fue rescindió ese contrato y nuestra denuncia es que al rescindir el contrato, el museo no volvió a abrir otro nuevo, con lo cual los compañeros se han quedado en la calle".
De hecho, la Fundación no solo no ha hecho un nuevo concurso para adjudicar el contrato a una nueva empresa de vigilancia, sino que ha ido supliendo la falta de esta a base de contratos menores de unos 10.000 euros, ya que si la cifra no es superior a 15.000 euros se pueden elegir empresas "a dedo" en vez de con un concurso público. Lo que provoca que los antiguos vigilantes de seguridad del museo no puedan recuperar sus puestos de trabajo.
"No entendemos por qué han hecho esto, porque si tú tienes un servicio de seguridad con vigilantes, pues lo normal es que lo mantengas, como han hecho otras empresas y otras administraciones públicas. Sin ir más lejos, ahora hay un caso parecido de una empresa que se ha declarado insolvente en una Junta Municipal de Madrid e inmediatamente se ha contratado a otra porque la Ley de Contratación Pública permite realizar estos actos", asegura Castaño, "han hecho contratos menores de vigilancia presencial remota y vigilancia presencial de continuo. No entendemos por qué. Creemos que se debe al seguro de responsabilidad civil que seguramente les obliga a tener un servicio de seguridad".
Esta situación, no solo ha afectado a los vigilantes de seguridad del Museo de Ciencia y Tecnología de Alcobendas, sino también a los auxiliares de sala, que han visto modificadas sus funciones para poder llevar a cabo trabajos que corresponden, en realidad, a los responsables de seguridad.
Tres meses llevamos desde que a esta pobre gente se les informó que no se le pagaba. Aquí hay personas involucradas y gente humilde, trabajadora
"Al no haber suficientes vigilantes de seguridad, lo que ha hecho el museo o la Fundación, que insisto es la que dirige, es dar más tareas a los auxiliares de sala. Los auxiliares de sala tienen unas obligaciones y tenían unos horarios, los cuales ahora, al no haber vigilantes se han trastocado. Por ejemplo, la apertura del museo la tiene que realizar un auxiliar de sala a las seis y media de la mañana, cuando su horario empieza a las diez. Eso antes no pasaba porque había vigilancia las 24 horas con lo cual nadie tenía que hacer ni el cierre ni la apertura porque siempre había un vigilante", argumenta el portavoz del sindicato.
Una de las cuestiones que más duele tanto al sindicato como a los trabajadores, es que tanto el Museo como la Fundación que se encarga de él están financiados por fondos públicos que llegan directamente desde el Ministerio de Ciencia e Innovación, una institución que se nutre de los impuestos que pagamos entre todos y que, en este caso, no se está preocupando por el bienestar de los ciudadanos que, no solo han perdido su trabajo, sino que siguen reclamando la nómina de tres meses, más la paga extra de diciembre y el finiquito que les corresponde por ley.
"Yo, personalmente, he mandado sendos escritos tanto a la directora de la Fundación como a la secretaria de Estado de Innovación, que es la presidenta del Patronato. Y a día de hoy, no me han dicho nada, ni a los compañeros, que es lo que más me interesa. De vez en cuando, una persona del museo pues les llama diciendo que bueno, que están en ello, pero llevamos así tres meses", se lamenta Castaño, "tres meses llevamos desde que a esta pobre gente se les informó que no se le pagaba. Aquí hay personas involucradas y gente humilde, trabajadora y por eso me duele esta actuación de una administración pública.
Por el momento, desde el sindicato no se han puesto en contacto con el Ayuntamiento de Alcobendas, ya que consideran que como institución lo único que podrían hacer es apoyarles sin tomar ninguna medida, pues el Museo de Ciencia y Tecnología se escapa de sus competencias.