Contaba Aleksandr Solzhenitsyn que la isla de Solovki, la principal en el archipiélago ruso Solovestsky, fue el primer campo de trabajo forzado soviético. En medio del Mar Blanco, esta prisión estuvo activa desde 1924 hasta 1939, convirtiéndose en un prototipo que se llevaría a las distintas regiones de la Unión Soviética.
Lejos ha quedado ese pasado como “madre del gulag”. Actualmente Solovki es visitado cada año por ser un destino religioso. Su monasterio ortodoxo es Patrimonio de la Humanidad y atrae tanto a turistas como a monjes, autoridades y peregrinos. Y es que, antes de su pasado como prisión, esta ciudadela era la mayor de la cristiandad en el norte de Rusia.
Imagen de la exposición / Ayto. Alcobendas
El proyecto Solovki
Los fotógrafos Juan Manuel Castro Prieto y Rafael Trapiello han explorado este lugar captando con sus cámaras la memoria de su terrible pasado en las vidas y costumbres de las personas que hoy la habitan. Las imágenes de este trabajo conjunto reflejan la relación existente entre el infierno de torturas ocurrido y la belleza del entorno y la espiritualidad que transmiten los monjes. Se trata de su proyecto Solovki, en el cual se unen la experiencia y magistralidad de Juan Manuel Castro Prieto, Premio Nacional de Fotografía, con la visión particular y humanista de Rafael Trapiello, experimentado documentalista.
Solovki es una muestra extraordinaria e imprescindible que se expone desde el 22 de mayo hasta el 24 de agosto en el Centro de Arte Alcobendas, dentro de la programación PHotoEspaña 2019
La memoria incansable de una isla helada
La isla de Solovki puede llegar a alcanzar los 40º C bajo cero, pero eso no detiene al alrededor de 10.000 turistas y 30.000 peregrinos que acuden a este lugar cada año. Además, este monasterio también fue una cárcel en época zarista antes de ser prisión soviética. En cuanto a su pasado como gulag, podemos recorrer su historia en el Museo del Gulag en Moscú, el cual asegura que el pasado y la memoria de estas prisiones no sean olvidadas, con una completa exposición de fotografías, objetos y vídeos grabados por los servicios secretos soviéticos.
Por otro lado, esta isla también alberga el laberinto prehistórico de piedra más grande del mundo, el cual sigue siendo un enigma sobre su uso, sus constructores y la fecha de construcción, aunque los historiadores lo sitúan en el 3.000 a. C.