Las enfermedades cardiovasculares están consideradas como la primera causa de muerte en el mundo. Cada año son más de 17,9 millones de personas las que mueren a causa de estas patologías, que engloban tanto las enfermedades cardiacas como cerebrovasculares.
Las predicciones, a su vez, no son nada alentadoras: se estima que, en el año 2030, la cifra de fallecidos a causa de estas patologías ascienda a 23 millones de personas al año.
Desde hace años, existen diversos estudios llevados a cabo por entidades médicas como, por ejemplo, la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) o la Sociedad Española de Cardiología (SEC) que constatan la relación existente entre el padecimiento de enfermedades periodontales y patologías cardiovasculares.
La periodontitis: un factor de riesgo a la hora de padecer enfermedades cardiovasculares
La periodontitis es una enfermedad inflamatoria causada por la presencia de bacterias en nuestra cavidad oral a causa, generalmente, de una higiene bucodental deficiente.
Cursa con la inflamación y el sangrado de las encías pero, en caso de no ser tratada a tiempo, puede suponer la merma de los tejidos de soporte, movilidad dentaria y, en los estados más avanzados, la pérdida de piezas dentales.
“Esta enfermedad crónica tiene un fuerte impacto en la sonrisa de los pacientes, tanto a nivel estético como funcional. Pero, además, también puede incidir en el padecimiento de enfermedades cardiovasculares”, afirma la
doctora Claudia Sinohui, directora médica de la
clínica dental Avodent.
Por un lado, ambas patologías comparten factores de riesgo como, por ejemplo, el tabaquismo, las enfermedades sistémicas -diabetes-, el estrés o la obesidad.
Por otro, el paso de bacterias inflamatorias presentes en el tejido periodontal a otros órganos través del torrente sanguíneo supone numerosos efectos en el sistema cardiovascular.
Diversos estudios han evidenciado una relación directa entre ambas enfermedades a causa de la infección de una bacteria, conocida como Porphyromonas gingivalis, presente en ambas patologías.
Sin embargo, si bien se conoce que ésta tiene una influencia directa en el desarrollo de la periodontitis, todavía se desconoce cómo actúa dicha bacteria sobre los vasos sanguíneos.
La importancia de la prevención
Establecer unas pautas rigurosas de higiene bucodental, así como acudir de manera regular a las citas pautadas por el dentista puede colaborar notablemente a la hora de reducir el riesgo de padecer enfermedades periodontales.
“Cepillarse los dientes tras cada comida durante 2 o 3 minutos, hacer uso de la seda dental o cepillos interproximales y realizarse, al menos una limpieza bucodental al menos cada 8 meses son hábitos que contribuyen a conservar las encías en perfecto estado”, afirma la doctora Claudia Sinohui.
Y, por supuesto, acudir a un periodoncista siempre que se tengan síntomas como la inflamación o el sangrado de las encías, movilidad dentaria, mal sabor de boca o retracción gingival.
Una visita temprana al odontólogo puede facilitar el diagnóstico y mejora el tratamiento de los pacientes, haciéndolo menos costoso e invasivo.