La Policía Nacional ha tenido en Alcorcón a dos personas, un hombre de 28 años y una mujer de 24 por cometer, presuntamente, un delito de hurto. Los presuntos implicados fingían ser técnicos de luz de una compañía eléctrica para poder entrar en los pisos de sus víctimas y llevarse las tarjetas bancarias de los inquilinos.
La investigación se remonta al pasado mes de octubre. Una persona acudió a las fuerzas de seguridad para denunciar una llamada telefónica que había recibido en la que un varón, que decía ser proveedor de luz, informaba al individuo de que era necesario revisar su instalación ya que el consumo en su vivienda se había disparado de manera anormal.
Tras esto, concertó una cita al día siguiente, cuando se presentó la pareja ataviada con un mono azul. Una vez identificados los responsables, durante el mes de junio se estableció un dispositivo para su localización logrando detener a la mujer y al hombre.
Ofrecían mejoras en el servicio para luego robar a sus víctimas
El objetivo de los ladrones eran personas de edad avanzada. Aseguraban a los ancianos de que rebajarían la factura de la luz con algunas mejoras técnicas para acceder a las casas. Una vez dentro se las ingeniaban para distraer a los afectados con diferentes estrategias mientras se hacían con todos los efectos de valor que encontraban a su paso. Las víctimas podrían ascender a 10 personas, de acuerdo a los agentes.
Los detenidos se habrían hecho con aproximadamente 600 euros, joyas y varias tarjetas bancarias que utilizaban posteriormente para obtener reintegros en un cajero de Parla y pagar compras en diferentes locales.
La Policía Nacional ofrece charlas en asociaciones y centros de mayores para evitar que se produzcan estos robos. Entre otros, aconsejan desconfiar de servicios que no se hayan solicitado previamente y de visitas inesperadas que no se hayan concertado o avisado al menos.
Si existen dudas, es recomendable contactar con su compañía para verificar la acreditación de los técnicos y, en caso de amenazar con cortar el suministro si no se permite la intervención, es muy posible que la persona no sea un especialista real.