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El Gabinete Psicológico de la Policía Municipal de Alcorcón, integrado en la Unidad de Atención a la Diversidad, cumple un año interviniendo en la ciudad. Este servicio presta ayuda y apoyo psicológico a víctimas de cualquier delito, infracción administrativa, así como a quienes se han encontrado en una situación de vulnerabilidad durante las intervenciones policiales.

Además, atiende a personas y familias que se encuentran en transición social y a centros educativos con los que colabora para la resolución de conflictos originados por actitudes o comportamientos que atentan contra la diversidad, colaborando en el apoyo psicológico al estudiante, formando a profesores y fomentando entre todos los implicados en la vida escolar la igualdad, la tolerancia y la no discriminación.

Además, el Gabinete Psicológico de la UAD forma parte de la red de servicios sociales del Ayuntamiento de Alcorcón, llevando a cabo una labor enfocada a la protección de la infancia y la adolescencia, la discapacidad, la prevención del suicidio y la soledad no deseada. Otra de las líneas de actuación de este Gabinete es la ayuda y apoyo psicológico a los componentes de la Policía Municipal que lo requieran.

Desde su puesta en marcha (el día 1 de abril de 2024) se han realizado 280 acompañamientos “psicopoliciales”. De ellos, 30 han sido intervenciones de apoyo psicológico continuado hasta que la persona ha accedido al servicio especializado o autoridad encargada de resolver su situación.

La UAD y su Gabinete Psicológico, dirigido por la agente Sandra García, tienen sede en la Comisaría de Policía Municipal de Alcorcón, situada en la calle Alfredo Nobel, 10. El correo electrónico de contacto es pm.uad@ayto- alcorcon.es, aunque también se puede llamar al 911 127 172. A través de ambas vías se reciben las peticiones y requerimientos de los ciudadanos.

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David López, concejal de Seguridad Ciudadana, ha destacado que “creemos en un modelo de seguridad cercano, que atienda a nuestros vecinos y vecinas en los momentos y situaciones más difíciles. Es una forma de generar una red de confianza en unos servicios públicos de seguridad que están ahí no sólo para ayudarnos en caso de sufrir algún tipo de delito, sino también para acompañar, escuchar y apoyar psicológicamente a cualquier persona que se encuentre en una situación de vulnerabilidad durante las intervenciones”.