Alcorcón contará con cinco cargadores públicos de vehículos eléctricos, además de la instalación de 300 KWp de módulos fotovoltaicos y 3 baterías de almacenamiento de energía para reforzar el proyecto de la Comunidad Energética del Polígono Industrial de Urtinsa.
Se trata de un paso más en la constitución de este proyecto pionero, que se lleva a cabo a través de la Empresa de Servicios Municipales de Alcorcón (ESMASA). Esta Comunidad Energética está compuesta, inicialmente, por siete empresas -liderando y ostentando la presidencia ESMASA-, si bien está abierta a que se sigan sumando más empresas de Alcorcón.
Para ello, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía de España (IDAE) ha otorgado una subvención de 259.728 euros a la Asociación Comunidad Energética Polígono de Urtinsa, con la que se procederá a la instalación de placas solares en dicha comunidad. Estas ayudas se establecen a través de las bases reguladoras para la concesión de ayudas del programa de incentivos a proyectos piloto singulares de comunidades energéticas (Programa CE-IMPLEMENTA), en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea - NextGenerationEU.
“De esta manera, vamos cumpliendo objetivos, convirtiendo a la empresa municipal como la pionera en potenciar iniciativas de autoconsumo de renovables en polígonos industriales, y liderando así este proceso en alianza con empresas privadas”, ha señalado el presidente de ESMASA, Jesús Santos.
La principal función de la Comunidad Energética es generar una serie de beneficios energéticos, sociales y medioambientales
El programa CE-IMPLEMENTA se enmarca en la componente 7 «Despliegue e integración de energías renovables» del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para la ejecución de los fondos Next GenerationEU. A través de este programa se identifica a las comunidades energéticas como un actor clave en la transición energética, dotando a estas entidades de la capacidad financiera necesaria para desarrollar las actividades de construcción y puesta en marcha de instalaciones vinculadas con la participación social en el sector energético.
Esta ayuda concedida a ESMASA se otorga a través de una subvención a fondo perdido, con carácter definitivo, una vez se verifique la ejecución del proyecto y se certifique la inversión, si bien, para facilitar la financiación del proyecto, el 80% de la ayuda concedida se anticipará.
“La principal función de la Comunidad Energética es generar una serie de beneficios energéticos, sociales y medioambientales, de los que no sólo se beneficiarán las empresas socias, sino todo su entorno”, ha explicado Jesús Santos. Los beneficios esperados más importantes parten de proporcionar un acceso más justo y sencillo a los recursos de energía renovable, así como a otros servicios energéticos que se pueden prestar desde la comunidad (individualmente sería más complicado).
“También se busca reducir la factura de la luz y aumentar la competitividad de la empresa frente a las fluctuaciones de unos precios del mercado eléctrico cada vez más elevados”, ha recalcado el presidente de ESMASA. En cuanto la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente, las empresas reducirán su huella de carbono, cumpliendo también con sus objetivos de responsabilidad corporativa. Por otro lado, también se reducirá la dependencia de las compañías eléctricas convencionales, produciendo la energía más cerca del lugar de consumo, de manera compartida.