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José Fernández padece una minusvalía del 33%. Su salud se agravó hasta este extremo durante su etapa laboral en ESMASA. Inició su andadura en la empresa municipal de gestión de residuos contando con “buena salud”, pero su agravamiento fruto del esfuerzo físico que requería su trabajo, se saldó con una minusvalía reconocida del 11%.
Su salud no fue el único escollo con el que se topó. La directiva de ESMASA, consciente de su deterioro físico, rechaza reasignarle tareas más acordes a su estado físico. “Tengo informes médicos, se lo traslado a la empresa, que yo me encuentro enfermo. Al principio 11% de minusvalía y ahora el 33%. Pedí, por favor, que me cambiaran de puesto de trabajo”.
Sentimos la baja calidad del audio, pero consideramos imprescindible que los vecinos conozcan el testimonio de José Fernández