En este contexto de dificultades crecientes para las economías familiares que ahora sufren la inflación, se torna urgente la cooperación entre Administraciones que debe empezar por garantizar la seguridad alimentaria desde los mismos centros educativos. España ocupa el tercer puesto en mayor tasa de pobreza infantil de la Unión Europea, por detrás de Rumanía y Bulgaria.
Salvo Euskadi y Galicia, en el resto de Comunidades Autónomas (incluida Madrid) prácticamente la totalidad de los institutos públicos carecen de instalaciones para un servicio de comedor, ni siquiera en la etapa de educación secundaria que es obligatoria. El Informe “Garantizar comedor escolar sano y gratuito a toda la infancia en riesgo de pobreza” de la ONG Save the Children refleja que Euskadi invierte anualmente 108,77€ por alumno/a en ayudas de comedor en educación infantil, obligatoria y especial. La media de España está en 44,47€. Madrid, invierte sólo 20,55€ a pesar de ser la Comunidad con mayor renta per cápita.
El precio de los menús hace muchas veces que este servicio no sea accesible a las familias en situación de precariedad. En la Comunidad de Madrid el menú cuesta 4,88€ al día. Mientras en otras autonomías existen casuísticas familiares que eximen de pagar el comedor escolar, aquí paga el 99% de los/as usuarios/as. Por ejemplo, una familia que cobre el Ingreso Mínimo Vital (IMV) o la renta mínima tiene que aportar 24€ al mes por cada hijo/a.
Un niño con 11 años come en su colegio, pero con 12 ya no puede hacer lo mismo e incluso pierde la beca simplemente porque ahora el edificio donde estudia se llama “instituto”. ¿Es eso normal? Semejante sinsentido sólo se mantiene por falta de voluntad política para aumentar unos presupuestos educativos estatales y autonómicos donde la calidad se mida porque en los centros, además de la EDUCACIÓN, se garanticen otros derechos (SALUD, CONCILIACIÓN).
El Gobierno Local invierte en actividades de atención socio-educativa y de apoyo escolar como las extraescolares, “primeros del cole” y “juegos y meriendas” pero sólo para impartirlas en los colegios, no en los institutos (salvo excepciones como “castellanización”). Aparece el efecto llamado “niños/as llave” que comen y pasan la tarde solos. UNICEF alerta que se está exponiendo a estos niños y niñas entre 12 y 16 años a riesgos y hábitos de vida preocupantes. Desde el consumo de alcohol y otras drogas, hasta problemas de alimentación como la obesidad.
La moción salió adelante a pesar del voto en contra de PP y VOX
Los comedores escolares traen BENEFICIOS de diferente índole a los miembros de la comunidad educativa y en la economía local. Desde el punto de vista de la SALUD, el comedor escolar debe garantizar una comida nutritiva y saludable o sin tóxicos, que es la base del desarrollo de niños, niñas y adolescentes. A la vez que se forma al alumnado en huertos urbanos se le puede enseñar a confeccionar menús saludables. Además, el comedor es un lugar de CUIDADOS y para la CONCILIACIÓN FAMILIAR y el EMPLEO LOCAL porque los progenitores pueden concentrarse en el trabajo (o en buscar empleo) sabiendo que sus hijos e hijas se hallan en un espacio protegido donde además desarrollarán juegos, deportes o actividades de ocio bajo la supervisión de monitores y monitoras del municipio adecuadamente formados y remunerados.
Acortar las cadenas de distribución y recurrir a productores locales genera efectos positivos sobre la SOSTENIBILIDAD y DINAMIZA LA ECONOMÍA LOCAL. Finalmente, el comedor se torna en un ámbito de SOCIALIZACIÓN muy importante de niños, niñas y adolescentes. La comida y ese espacio del medio día, considerados dentro del proyecto educativo, ayudan al alumnado a desarrollar habilidades sociales, a regular conflictos e incluso como preventivos del absentismo.
El comedor escolar saludable y gratuito es uno de los 6 servicios clave que la “Garantía Infantil Europea”, aprobada en junio de 2021 en el Consejo de la Unión Europea, prescribe que debe ser garantizado a la población menor en riesgo de pobreza y en especial vulnerabilidad. Existen Fondos Europeos que pueden solicitarse para ello.
En noviembre del 2021 defendí en este plenario la moción “Alimenta Arganda” para la elaboración de una Estrategia Alimentaria Local. En febrero del 2022 presenté “Arganda composta” que hubiera impulsado en el municipio los huertos urbanos y al sector primario. En el pleno de junio y en el Consejo Escolar Municipal de ese mismo mes pedí que el gobierno local valorase la introducción progresiva de alimentos ecológicos en todos los servicios donde se dé de comer a escolares. En el pleno de julio volví a insistir y en el de octubre elevo a la categoría de moción el comedor escolar para los Institutos de Educación Secundaria.
Lo primero que hay que hacer es ir generando las condiciones en los IES que ni siquiera tienen instalaciones o infraestructuras para ofrecer el servicio, teniendo como prioridad la atención a los menores en situación de vulnerabilidad. Todos los espacios educativos debieran ser gestionados por las Administraciones Públicas con la misión de erradicar las desigualdades sociales y bajo la visión de “salud en todas las políticas”. En definitiva, una población menor bien alimentada, sana y educada es el ideal que debe guiarnos en el modelo de Escuela 2030 que queremos para Arganda del Rey. La moción salió adelante a pesar del voto en contra de PP y VOX.
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