Un dispositivo especial intensifica durante estos días la vigilancia en la localidad, para verificar que los dueños de perros recogen las deposiciones caninas de la vía pública. La campaña se centra especialmente en parques, espacios peatonales, plazas y zonas verdes, y tiene como objetivo comprobar que se cumple la ordenanza reguladora de la tenencia y protección de los animales, al tiempo que disuade a los propietarios de mascotas de comportamientos incívicos.
La normativa fija en su artículo 5 la obligatoriedad de impedir que los animales depositen sus deyecciones en aceras, paseos, jardines y, en general, en espacios públicos o privados de uso común; asimismo, establece que, en todo caso, se proceda a su retirada y limpieza inmediata.
Por otro lado, la norma señala en su artículo 18 que el poseedor del animal debe adoptar las medidas necesarias para evitar que ensucie los lugares destinados al uso público, y que quien lo conduzca se ocupe, si es necesario, de su limpieza inmediata. Deberá, igualmente, recoger las heces de forma higiénica, y depositarlas en un lugar destinado a ese fin en una bolsa de plástico. Del incumplimiento de la legislación vigente serán responsables las personas que lo conduzcan y, de forma subsidiaria, el dueño.
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La citada ordenanza estipula como infracción leve, con sanciones que oscilan entre los 300 y los 3.000 euros, la no adopción de esas medidas, encaminadas a evitar que las deyecciones manchen espacios públicos o privados de uso común o que, directamente, los propietarios opten por no recogerlas al momento.