La oleada de protestas antirracistas ha crecido desde que se conociese la muerte de George Floyd a manos de un policía en Mineápolis, el pasado 25 de mayo. El vídeo del ataque corrió como la pólvora en las redes sociales, despertando un movimiento de apoyo que se ha materializado en manifestaciones y protestas en todo el mundo.
En medio del clima del ‘Black Lives Matters’, el ataque perpetrado por unos manifestantes contra la estatua del misionero Fray Junípero Serra, ubicada en San Francisco, se ha interpretado como un rechazo al colonialismo, esclavitud y el supremacismo blanco.
Sin embargo, para algunos sectores el derribo de la escultura se trata de una verdadera barbarie. En este punto se encuentra el alcalde de Boadilla del Monte, Javier Úbeda, que se ha ofrecido a su homóloga en San Francisco, London Breed, para acoger en nuestra localidad la estatua del misionero español y la de Miguel de Cervantes, que también ha sido atacada en la ciudad californiana.
Las estatuas de San Junípero Serra y Miguel de Cervantes, que tienen abiertas las puertas de Boadilla del Monte para refugiarse
Con una “profunda tristeza y honda decepción” por lo sucedido, el regidor boadillense quiere ofrecer “la honra y el respeto que merecen” a estas estatuas que, a su juicio, han sufrido las consecuencias del “indigenismo radical y la leyenda negra sobre España”. Frente a quienes defienden la identidad de los pueblos indígenas y denuncian la violencia implícita, o explícita, en la evangelización, Úbeda saca la cara “orgullosamente” por la civilización occidental, “más amenazada actualmente por la ignorancia propia que por los enemigos externos”.
Mientras los vecinos se adaptan a la nueva normalidad y enfrentan las consecuencias de la crisis provocada por el coronavirus, ni las fronteras ni la distancia interpersonal son obstáculos para las estatuas de San Junípero Serra y Miguel de Cervantes, que tienen abiertas las puertas de Boadilla del Monte para refugiarse.
Seguro que estos compatriotas están muy agradecidos con el regidor, pero, ¿es ahora el momento de ofrecer asilo para dos esculturas en la ciudad? Y si fuese así, ¿va a pagar el alcalde el traslado de unos refugiados de tanto peso?