La llegada del verano puede implicar abandonar buenas costumbres y abrazar hábitos potencialmente perjudiciales para nuestra salud, como una excesiva exposición a la luz solar, adoptar dietas inadecuadas, consumir alcohol en exceso o relajar pautas con los más pequeños más allá de lo recomendable, tal y como advierten los especialistas del Hospital Universitario General de Villalba, integrado en la red pública madrileña, que han aprovechado la llegada de la temporada estival para recordar consejos que ayuden a disfrutar las vacaciones con diversión y descanso, pero también de forma saludable.
Tomar el sol, por ejemplo, es una actividad muy extendida en nuestra sociedad y a la que se atribuye erróneamente la propiedad de ser beneficiosa para la salud. Una idea que no es del todo correcta, tal y como advierte la Dra. Lara Valles, jefa asociada del Servicio de Dermatología del centro villalbino: “Es verdad que necesitamos entre 10 y 15 minutos diarios de exposición solar para la síntesis de vitamina D, pero afortunadamente, en nuestro país, con un paseo al aire libre de un cuarto de hora es suficiente”. Por el contrario, estar en la playa o en la piscina totalmente descubiertos y sin protección solar no es una práctica nada saludable”, matiza.
Para la especialista, tomar el sol puede ser un hábito “tan perjudicial como fumar”, pero a diferencia de éste, resulta inevitable recibir cierta radiación solar si realizamos actividades al aire libre como bañarnos, hacer deporte o pasear, por lo que es clave seguir ciertas pautas para evitar riesgos. “Es importante tener siempre una sombra cerca, intentar no exponernos al sol en las horas centrales del día y usar sombreros, siendo una buena opción, en el caso de la gente joven, utilizar camisetas solares cuando, por ejemplo, vayan a pasar todo el día en la piscina”, dice. En cuanto a las cremas con protección solar, son imprescindibles, pero -avisa la Dra. Vallés- “no debemos pensar que por aplicárnosla podemos tomar el sol por un tiempo ilimitado”.
Además de las precauciones a la hora de tomar el sol, para cuidar la piel en esta época del año, la jefa asociada del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario General de Villalba también recomienda una dieta rica en frutas y verduras, no fumar e hidratarse correctamente.
También en el ámbito de la alimentación, Enrique Sanz, nutricionista del centro villalbino, alerta sobre los riesgos y el peligro para la salud que representan algunas dietas para bajar peso rápidamente antes del verano: “No podemos pretender conseguir en tres o cuatro semanas lo que no hemos podido hacer en un año entero”, señala, apuntando que “si queremos algo rápido, fácil y sencillo, lo esperable es que los resultados a largo plazo vayan a ser malos”.
Estar en la playa o en la piscina totalmente descubiertos y sin protección solar no es una práctica nada saludable
Asimismo, Sanz lamenta que muchas personas cometan excesos con la alimentación durante sus vacaciones, asegurando que “una dieta saludable no está reñida con disfrutar de la comida”. “Llevar una buena alimentación no es, para nada, algo aburrido, ni monótono; podemos probar nuevos alimentos que no se consumen en nuestro país habitualmente, o probar nuevas recetas que den un poquito más de vida a los alimentos que tomamos habitualmente”, aconseja.
Así, en esta época del año el experto recomienda aumentar el consumo de alimentos ricos en agua, como las frutas y las verduras, así como de legumbres. Aunque lo ideal es seguir una dieta sana y equilibrada, el experto recuerda que nos podemos permitir “un capricho” de vez en cuando, “con sentido común”. En cuanto al consumo de bebidas alcohólicas, explica que estas “simplemente nos refrescan, pero no hidratan” y que, en el caso de los refrescos azucarados, es mejor sustituirlos por zumos de frutas naturales, infusiones frías o refrescos sin azúcar.
Por su parte, el Dr. Roi Piñeiro, jefe del Servicio de Pediatría del hospital de Villalba, señala como los “sustos” más habituales de los niños en esta época del año los traumatismos, las picaduras y las intoxicaciones alimentarias. A estos, el pediatra suma los “accidentes acuáticos”, como los "mal llamados “cortes de digestión”, ya que “lo importante no es esperar a terminar de hacer la digestión, sino evitar los choques bruscos de temperatura al entrar en el agua, lo que puede provocar escalofríos, náuseas o vómitos”. Y, por supuesto, advierte del peligro de los ahogamientos, “que en España siguen produciendo entre 300 y 500 fallecimientos de niños y adultos cada año”, y para cuya prevención recomienda “no estar en el agua nunca solo para que, si ocurre cualquier contratiempo, haya alguien cerca que pueda ayudar, incluso salvarte”.
Asimismo, siempre es útil hacer hueco en la maleta para un botiquín en el que, de cara a los niños, el pediatra sugiere incluir, entre otras cosas, “gasas, tiritas, tijeras, antiséptico local, algún analgésico menor, protector gástrico y, si es el caso, las medicaciones crónicas”. No obstante, si no viajamos con él, o se nos olvida incluir algo, no hay que preocuparse: “Lo importante es saber dónde vamos, si hay farmacias, centros de salud u hospitales cerca y dónde están y, si se viaja al extranjero, conocer cómo funciona el sistema sanitario del país que visitaremos y qué tipo de medicamentos puedes introducir en él”, concluye el Dr. Piñeiro.
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