El Hospital Universitario General de Villalba ha recibido el tercer premio al "Mejor hospital" por el resultado medio de los indicadores de calidad del Registro Nacional de Fracturas de Cadera (RNFC) en el año 2021, indicador que pone de relieve la calidad del centro en el abordaje de este proceso clínico.
El galardón, de ámbito nacional, analiza la actuación de los 105 hospitales adscritos al programa, y ha reconocido, durante la sexta reunión de esta entidad, celebrada en el Hospital de La Paz el pasado 24 de febrero, el trabajo multidisciplinar de los servicios de Geriatría y de Cirugía Ortopédica y Traumatología del hospital villalbino -con los doctores Félix Tomé Bermejo y Verónica Martín López, respectivamente, como responsables del programa en cada área-, que ha contado también con la colaboración del servicio de Anestesiología y Reanimación, así como del personal de Enfermería.
La cirugía es el tratamiento estándar para pacientes con fractura de cadera, porque reduce la morbilidad y mortalidad y restaura la funcionalidad del paciente. El momento en el que se lleva a cabo la intervención juega un papel muy importante para la recuperación del paciente, recomendándose que se realice dentro de las 24 a 48 horas posteriores a la fractura. La cirugía temprana se asocia con una disminución de la mortalidad a largo plazo en pacientes de edad avanzada después de fracturas de cadera. Por eso, es esencial que la organización hospitalaria favorezca las condiciones idóneas para permitirla.
Con el fin de consolidar su avance en estos objetivos, el Hospital Universitario General de Villalba puso en marcha en el año 2018 una Vía Clínica Multidisciplinar del Paciente Anciano con Fractura de Cadera, que ha logrado desde entonces que, de forma consistente, más del 90% de los pacientes que ingresan por fractura de cadera sea intervenido quirúrgicamente en las primeras 48h, "con lo que supone una disminución de la morbimortalidad para los afectados más mayores", explican los especialistas.
En 2018, un 86,6% de las personas mayores que sufrieron una fractura de cadera fueron intervenidas en las primeras 48 horas, porcentaje que un año después pasó al 93,6%, ascendiendo en 2020 a un 98,1%. Unos resultados reconocidos por el RNFC, cuya clave radica en la coordinación multidisciplinar y la disponibilidad de capacidad quirúrgica y de equipo.
La cirugía temprana se asocia con una disminución de la mortalidad
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Las fracturas de cadera constituyen "un importante problema de salud pública, sobre todo en las personas mayores, porque pueden conducir a la inmovilidad y dependencia permanente, y suponen un serio impacto negativo para la calidad de vida de los pacientes, para los sistemas de salud y para la sociedad". De hecho, según apuntan los dos especialistas, las tasas de mortalidad entre la población de edad avanzada tras una fractura de cadera oscilan entre el 14 y el 36% en el plazo de un año desde que se producen, y el incremento del riesgo de mortalidad persiste hasta diez años después de producirse.