El Ministerio de Sanidad ha acreditado la formación de residentes para los Servicios de Urología, Oftalmología, Medicina Interna, Cirugía General, Traumatología y Radiología, así como de Medicina Familiar y Comunitaria. Esta autorización es un indicador de la excelencia del centro, que ha tenido que acreditar la calidad de su atención médica, el número de consultas o cirugías realizadas, su capacidad docente o su labor investigadora, entre otros valores. Los nuevos facultativos que llevarán a cabo su programa de formación durante un periodo que se prolongará de cuatro a cinco años, dependiendo de la especialidad.
El centro a través de Twitter ha dado la bienvenida a sus primeros residentes. "Sabemos que vais a darlo todo para aprender lo máximo posible de nuestros mejores profesionales y para poneros al servicio de los pacientes" han comunicado.
La medicina es una profesión muy vocacional
El Hospital Universitario General de Villalba es un centro del grupo 2 de complejidad y tamaño medio, con una cartera de servicios amplia y donde el papel de residente puede ser más relevante que en hospitales más grandes. "Ofrecemos al médico residente la posibilidad de formarse como especialista en un entorno de alta calidad, con una gran cercanía con los facultativos y con los pacientes, algo [la relación médico-paciente] que es cada vez más importante en la práctica de la Medicina", añade elcardiólogo.
Una buena noticia para los pacientes
La incorporación de médicos residentes al hospital villalbino no solo es una buena noticia para el centro; también para los pacientes porque, como recuerda el Dr. Navarro, el hecho de tener formación postgrado es un indicador de su calidad. "Además, los pacientes deben saber que los residentes no se incorporan de forma arbitraria, sino que hay un programa específico de formación por el que están tutorizados en todo momento y atenderán a pacientes siempre bajo supervisión. Es labor del hospital y de los médicos mantener la confianza y una buena comunicación con los pacientes", dice.
El residente es un médico que ha terminado sus seis años de carrera en la universidad y que tiene que hacer una formación postgrado -la residencia- en un hospital para conseguir su título de especialista. Hay un programa específico perfectamente definido para cada especialidad, que va de cuatro a cinco años, dependiendo de ésta. Los residentes se incorporan de forma progresiva y tutorizada y reciben formación teórica y práctica. En un principio, el residente hace de ‘acompañante’ del facultativo pero, según pasan los meses y va sumando conocimiento y experiencia, gana en responsabilidad y autonomía. "Un médico recién incorporado tiene una supervisión total, pero a medida que pasan los años debe ganar autonomía, porque él será un especialista y debemos prepararle para ello", explica el Dr. Navarro.
El especialista recuerda que la pandemia de Covid-19 ha demostrado que esta es una profesión fundamental y que "es vital continuar con la formación de médicos y enfermeros para dar paso a nuevas generaciones muy bien preparadas y evitar la escasez de profesionales que son tan importantes para la sociedad".
El jefe de estudios del Hospital Universitario General de Villalba también comenta que se trata de una profesión muy vocacional porque es una actividad estresante, en la que se convive con el dolor, si bien también da muchas satisfacciones. "La residencia es una etapa apasionante para un médico, de mucho aprendizaje, mucho estudio, mucho trabajo práctico y de conocer y relacionarse con los pacientes, y esperamos que nuestros residentes se lo tomen así", concluye.