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Un acto vandálico. Así califica este hecho la Asociación de Vecinos por Colmenar el Viejo. Algo insólito y poco común, el ver como dos de las mesas del emblemático merendero de la ermita de Nuestra Señora de los Remedios están totalmente destrozadas y partidas. "Una auténtica salvajada" a palabras del presidente de la Asociación, Daniel Borona. Aunque no es el único problema, y es que la acumulación de residuos en la zona junto a la invasión y estacionamiento de vehículos en las vías pecuarias están alterando por completo el entorno natural de Colmenar. Un paisaje que cada fin de semana cientos de madrileños llegados de diferentes puntos de la Comunidad están modificando por su mal comportamiento con el medio ambiente.
Turismo `dominguero´
Los cierres perimetrales de las Comunidades Autónomas ha hecho que los madrileños salgan a disfrutar del entorno natural y único que hay en la región. Esto ha provocado la proliferación de los llamados ´domingueros´, personas que aprovechan los fines de semana para ir al campo para evadirse y alejarse del ruido y estrés de la ciudad y sobre todo, respirar aire puro. Esto ha provocado una masificación en el entorno rural no sólo de personas, también de residuos orgánicos que se aprecian en cualquier rincón del campo de Colmenar, y de vehículos, muchos de ellos obstaculizando el paso del ganado.
Una auténtica salvajada
Desde la Asociación de vecinos se hace hincapié en la concienciación a la hora de hacer turismo en el mundo rural, sobre todo a la hora de generar residuos y el posterior impacto medio ambiental que ello conlleva en el entorno, y al total desconocimiento que hay por parte de los conductores al dejar su vehículo estacionado en una vía pecuaria, con las consecuencias que tiene para el paso del ganado.
Queja vecinal
La queja principal por parte de la Asociación radica en la irresponsabilidad de aquellos quiénes van a pasar un día al campo y no recogen la basura que ellos mismos originan, en dejar aparcado el automóvil en cualquier lugar - en este caso fuera del perímetro establecido de aparcamiento- , y sobre todo, en el último acto vandálico de romper dos mesas de piedra del merendero de la ermita de Nuestra Señora de los Remedios. Daniel concluye con que " es importante saber a dónde vamos, por dónde transitamos y sobre todo respetar el medio rural".