La ciudad de Madrid siempre ha estado rodeada por un halo de prosperidad; una villa que pasó a convertirse en la ciudad de las oportunidades. El silbido del viento en la capital parece susurrarte que aquí nada es imposible. No son pocos los que guiados por sus sueños e ilusiones han dado a parar en Madrid. Su gente, su ritmo frenético, su ruido y sus calles brillan del color esperanza; de "un verde que te quiero verde, un verde viento, verdes ramas" como diría Federico García Lorca. Incluso el poeta granadino se dejó engatusar por el espíritu castizo.
Su amigo José Mora Guarido le contaba en sus cartas su experiencia madrileña: "Debías venir aquí; dile a tu padre en mi nombre que te haría, mandándote aquí, más favor que con haberte traído al mundo". Gracias a sus palabras, en 1919 un García Lorca de 21 años dejó la hermosa Granada por la capital de las mil oportunidades.
Durante ese mismo año, en un noviembre frío el granadino ingresó en la Residencia de Estudiantes gracias a que el político socialista Fernando de los Ríos logró convencer a sus padres. Continuó sus estudios allí y conoció a de grandes intelectuales españoles como Luis Buñuel, Salvador Dalí o Rafael Alberti que marcaron su persona y su obra. Fue durante esos años cuando la simbiosis entre la antigua Villa de Madrid y el poeta se hizo palpable. No hay Lorca sin Madrid y no hay Madrid sin Lorca.
Incluso el poeta granadino se dejó engatusar por el espíritu castizo.
Lorca se contagió de la agitación de la ciudad de Madrid, aquellos primeros años en la capital estuvieron marcados por una gran producción creativa y grandes pasiones. Encontramos huellas de Lorca por todo Madrid. En la actual discoteca Joy Eslava representó un marzo de 1920 "El maleficio de la mariposa" y en la casa de Vicente Aleixandre, que hoy da nombre a la calle donde habitaba, leyó algunos de los versos que forman parte de "Sonetos del Amor Oscuro". La presencia del poeta de cante jondo se respira hasta en la actual Universidad Complutense, donde presentó su proyecto teatral por excelencia La Barraca.
Federico vivió en Madrid en diferentes etapas entre los años 1919 y 1936. En la séptima planta de un edificio verde pastel de la Calle Alcalá número 96 fue el último lugar de residencia del escritor antes de huir de Madrid por la inminente Guerra Civil. En la actualidad, ese edificio lo alberga una tienda de la Casa del Libro; que irónica coincidencia ¿verdad?
Eran momentos de tensión en el país, por lo que decidió regresar a su Granada natal para reunirse con su familia. Por desgracia, un día como hoy, un 18 de agosto de 1936 Federico García Lorca fue fusilado en el término de Viznar (Granada). El lugar exacto donde este fatídico suceso tuvo lugar se desconoce a día de hoy, pero las huellas de su figura fueron imborrables. Como él mismo escribió, abrid los balcones.
Despedida - Trasmundo (Canciones 1921-1924)
Si muero,
dejad el balcón abierto.
El niño come naranjas.
(Desde mi balcón lo veo).
El segador siega el trigo.
(Desde mi balcón lo siento).
¡Si muero,
dejad el balcón abierto!