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Aplazado el juicio contra Íñigo Errejón por, supuestamente, haber dado una patada a un vecino de Lavapiés
Después de que la Fiscalía denunciase la falta de imparcialidad de la jueza que instruye el caso
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Por mucho que el líder de Más País fuese esta mañana a los Juzgados de Plaza Castilla con la intención de que se terminase el "disparate desagradable" en el que está metido después de que un vecino de Lavapiés le acusase de haberle propinado una patada, este calvario va a continuar para Íñigo Errejón, pues el juicio ha sido aplazado sin una nueva fecha a la vista.

Esta decisión ha sido tomada "in extremis" por la magistrada que instruye el caso, Margarita Valcárcel, después de haber sido acusada por la Fiscalía de falta de imparcialidad, al haber estado inmiscuida en las investigaciones previas del caso que se hicieron antes de convocar la vista oral que, en un principio, se iba a celebrar este martes. Ahora la magistrada deberá preguntar a la Audiencia Provincial si debe abstenerse del juicio o continuar como hasta ahora.

No obstante, este cambio de parecer no ha evitado que Errejón haya pasado por uno de los momentos que más teme un político: que se le vea sentado en el banquillo de los acusados de una sala de juicio. Una imagen que se ha producido por la denuncia que hizo el vecino de Lavapiés, Alberto Domarco, en la que acusaba al político de haberle propinado una patada en el estómago después de haberle pedido una foto.

La inspección de los médicos forenses llegaron a la conclusión de que no había "ninguna lesión traumática" a consecuencia del supuesto golpe

Pese a que Errejón siempre ha negado los hechos, y la inspección de los médicos forenses llegaron a la conclusión de que no había "ninguna lesión traumática" a consecuencia del supuesto golpe, la juez decidió procesar al líder de Más País por considerar que existían elementos suficientes para celebrar el juicio, aunque se descartó el delito de lesiones.

A su llegada a los juzgados esta mañana, Errejón ha calificado todo este proceso judicial como un "disparate desagradable" y ha asegurado que en ningún momento se ha planteado que esto puede tener consecuencias políticas porque "ni contempla ser condenado".