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Hace 25 años que no me monto en el tren. Lo hacía para ir a la Universidad, pero a los tres meses me cansé y me compré un coche porque aquello era antediluviano, pero veo que ha cambiado poco. Mismos andenes, mismas aglomeraciones, mismos trenes... Nosotros lo veíamos normal, pero el problema es que los jóvenes de hoy, también. Me parece curioso que no se echen a la calle como las multitudes que lo hicieron hace unas semanas defendiendo la Sanidad, pero hemos dejado de tener la capacidad de medir la realidad porque lo hacemos en función de nuestra ideología y la realidad es la que es, por mucho que duela. Cuando me pregunto por qué los jóvenes no se mueven, llego a la conclusión de que, si la necesidad no existe, por mucho que trabajes, no se agudiza la inteligencia. Vivimos en una sociedad que ha dado todo a sus hijos y estamos creando personas sin aspiraciones.

No sé si la concentración del PP frente al Ministerio de Transportes está cargada de ideología, lo que es evidente es que la gente se queda sin el servicio de transportes. No entiendo por qué cada región no gestiona su propio Cercanías si este servicio afecta directamente a las comunidades autónomas. Hay una gran diferencia entre la inversión en la Comunidad de Madrid y Cataluña. La cuestión es: ¿el Gobierno central invierte por ideología o por necesidad? De todas formas, no sé cuanto tiempo durará la necesidad de tener un transporte porque estoy convencido de que el trabajo como lo conocemos va a sufrir una transformación y no tendremos ni que desplazarnos.

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