La guerra en el PP no descansa. Tras una mañana con cruces de acusaciones en entrevistas, el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, convocó a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a una reunión.
La reunión se celebró el viernes por la tarde en Génova 13. El fin de la misma parece que era calmar las aguas entre ambos tras las acusaciones mutuas. Sin embargo, la presidenta madrileña no aceptó la propuesta de Casado de sacar un comunicado conjunto en el cual él reconocía la ejemplaridad de la presidenta y ella negaría el espionaje por parte de Génova.
Infructuosa
El término "infructuosa" es el que utilizan desde el entorno de Ayuso para describir la reunión. En la reunión el presidente del PP ofreció a Ayuso cerrar el expediente interno satisfactoriamente a cambio de que la Presidenta de Madrid rectificará públicamente qué Casado y Genova habían espiado a su familia.
En otras palabras, Casado creería la documentación aportada por Ayuso, que fue explicada en la rueda de prensa de los consejeros. De esta manera, el líder del PP habría dado un giro de timón de 180 grados, pasando de acusarla de falta de ejemplaridad por conceder un contrato a una empresa de la que cobro el hermano hubiera o no hecho ilícito en la adjudicación a apoyarla públicamente con pocos datos más que aportó.
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Sin embargo, la presidenta de Madrid seguiría insistiendo en todo lo que dijo en su primera comparecencia, es decir, que Pablo Casado andaba detrás de todas las informaciones publicadas hasta la fecha y que desde Génova se contrató servicios para espiar al entorno de la presidenta.
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Por último, desde Génova solo apuntan a que “el Partido Popular lamenta los acontecimientos de los últimos días y seguirá defendiendo junto a todos los militantes el mejor proyecto de futuro para España”.