La Comunidad de Madrid ha incorporado desde el pasado 1 de mayo 185 nuevas plazas de atención gratuita a personas con enfermedad mental. Este incremento se distribuye en ocho nuevos centros residenciales y de día gestionados por entidades especializadas, que ahora se suman a la red regional de recursos de atención a este colectivo concertando sus plazas a través del acuerdo marco que establece las condiciones.
Cuatro de los nuevos centros son residencias y cada una de ellas ofrece 15 plazas, un módulo reducido que se considera idóneo para la atención especializada en este ámbito. Todas se ubican en Madrid capital, si bien permitirán reforzar y atender las necesidades de diferentes distritos y de otras poblaciones, desde Alcobendas, Colmenar Viejo, Arganda del Rey, Valdemoro o Aranjuez.
29 residencias
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Con este aumento la Comunidad de Madrid dispone ya de 29 residencias, a las que hay que sumar otras alternativas de alojamiento como los pisos supervisados, las pensiones y un centro especializado en personas sin hogar con trastorno que suman un total de 1.087 plazas residenciales.
Por su parte, tres de los nuevos centros de atención diurna que ofrecen plazas concertadas son dispositivos para la rehabilitación laboral que cuentan con equipos multidisciplinares especializados destinados a mejorar las posibilidades de acceso a un empleo, en casos de enfermedad mental. Están ubicados en Vicálvaro, Tetuán y Chamartín y suman 90 plazas. El cuarto, situado en Parla, es un Centro de Rehabilitación Psicosocial con 35 plazas destinadas a conseguir el máximo grado de integración y autonomía personal y social de estas personas, dando también apoyo a las familias.
La red de atención social a personas con enfermedad mental de la Comunidad de Madrid ofrece un modelo de atención integral que incluye no solo la vertiente clínica, sino también los apoyos sociales, integración en la comunidad y su capacitación profesional y autonomía personal. Con un total de 6.854 plazas distribuidas en 233 centros, atiende a adultos de entre 18 y 65 años con discapacidades psicosociales y dificultades de integración derivadas de trastornos mentales severos con el fin de lograr su recuperación a través de un proceso de tratamiento mantenido y de rehabilitación psicosocial. Para su mantenimiento se destinan este año un total de 86 millones de euros, un 17,8% más que en 2021.