Las agendas infantiles cada vez tienen menos que envidiarle a las de grandes directivos de multinacionales. Tras la jornada de clases llegan las tardes vacías con innumerables huecos que rellenar y, sí bien es cierto que no deberíamos saturar a los peques, también es conveniente que realicen actividades diversas que los ayuden a estimular su cerebro y desarrollar competencias que les gusten o necesiten por diversas razones. A veces se puede hacer bola entre un mercado tan amplio y lo dispersos que son los niños, por eso te traemos cinco ideas para ocupar el tiempo de tus hijos.
Como comentábamos, no queremos abrumar a nuestros hijos porque es importante que disfruten de tiempo libre y, aunque algunas de las alternativas entran dentro del ocio, es fundamental que ellos lo sientan como tal y no como una rutina forzada. De hecho, lo primero es eso, saber qué le interesa, hay que respetar su tiempo y no presionarlos. Si prueban algo y no les gusta, deja que cambien y, sobre todo, deja espacio siempre para que jueguen y se entretengan a su gusto. Con esto, puedes comprobar si alguna de las opciones que te damos se amoldan a ellos.
Haz que aproveche el tiempo pero también dale su espacio de disfrutar y descansar
Las manualidades son muy libres, pueden complicarse tanto como quieras y se adaptan a la perfección a cada uno. Si no te llega demasiada inspiración, internet es una fuente inagotable de manualidades para niños. Además, puedes escoger una temática que le interese, sus personajes favoritos o su película preferida y adaptarlas a ello para que les resulten más interesantes. Son completamente versátiles y puedes invertir tanto como quieras. No compres nada y aprovecha para reciclar cartones, papel y otros utensilios y dale salida al material escolar que almacenas cada año (Rotuladores, lápices de colores, pegatinas…). Si lo prefieres, puedes ir a tiendas especializadas y conseguir packs específicos o comprar recursos. Tú marcas tus presupuestos.
Quizás no sea lo más divertido, pero a veces es necesario. No olvidemos la parte de dejar tiempo de juego si no queréis que los niños odien para siempre esa materia que se les ha atragantado. Sin embargo, un par de días a la semana pueden marcar la diferencia con las materias que no terminan de entender en el colegio. Además, no hay necesidad de trasladarse, puedes contratar clases online para que les de menos pereza.
El ejercicio físico ha sido estigmatizado durante muchos años por culpa de las prácticas escolares que se han orientado más en alcanzar una calificación y clasificar a niños válidos de los que no lo son. Sin embargo, si consigues que te entre en la cabeza que detrás del fútbol hay más deportes, puedes encontrar un inmenso catálogo de disciplinas entre las que, como mínimo una, divierta de verdad a los peques.
Pregunta y deja que pruebe y cambie, no hagas que odie el deporte en general porque estuvo años practicando algo que no quería. ¿Le flipa la piscina en verano? A lo mejor quiere probar con waterpolo o natación. ¿Es un demonio de Tasmania incansable? Prueba con deportes de contacto como el judo o el boxeo. Confía en los profesionales y en lo que muestra tu hijo, los entrenadores suelen servir de ejemplo y motivación, además pueden fomentar cierta constancia y disciplina propia para querer mejorar en algo que te interesa.
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Otro engaño favorecido, en parte, por las visitas escolares tradicionales o por la falta de excursiones a museos originales. La oferta de exposiciones a día de hoy es infinita. Si tiene un hobby o interés busca algo relacionado. No necesitas visitar el museo de las ciencias ni hacerle ver obras renacentistas que no entiende ni le interesan. Hay muchas opciones modernas que pueden entretener a los niños. Algunas exposiciones son gratuitas para los menores, una búsqueda en internet y seguro que hay como mínimo una asequible tanto por presupuesto como por intereses. Lo fundamental es eso, no crees desagrado por una mala experiencia, asegúrate de que puede resultar divertida, aunque siempre hay lugar al error.
Si hay algo que sí o sí gusta a todos los niños es la comida. No toda, pero siempre hay algo que les gusta o un plato favorito con el que innovar. Ten en cuenta qué vais a hacer, a lo mejor disfruta los dulces y preferís un postre. Ponle cabeza, si es algo que sabes que no debería consumir en exceso, hazlo de manera más excepcional, así tendrá más valor. Todo dependerá del plato que elijas. Dale una vuelta a algo más clásico y que sea original o elije una cosa novedosa que le sorprenda. Lo importante es que pueda jugar y probar.