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En ocasiones no somos conscientes de las consecuencias que puede tener el abuso o la dependencia de dispositivos digitales. Por ello, la Comunidad de Madrid ofrece un Servicio de Atención en Adicciones Tecnológicas (SAAT), el cual ha atendido desde su puesta en marcha a 408 adolescentes de entre 12 y 17 años.
Para hablar mejor sobre ello, hemos hablado con la consejera de Familia, Juventud y Política Social, Concepción Dancausa, después de su visita a este recurso, pionero en España y Europa, y que empezó a funcionar en abril de 2018.
La consejera ha apuntado que hay un problema con las adicciones tecnológicas. Sobre todo adolescentes que se "enganchan" a las nuevas tecnologías y que eso les impide hacer una vida normal, a la hora de relacionarse con amigos, asistir al colegio o pasar tiempo en familia. Dancausa señala que la tecnología forma parte de nuestra vida, pero que hay que saber separar el uso del día a día, que puede ser para trabajar o para el entretenimiento, de un uso excesivo y exagerado.
"Es un problema nuevo, ante una circunstancia nueva como son las nuevas tecnologías, y tenemos que tener recursos y servicios que puedan dar solución a estos chicos y estas familias que no saben cómo gestionar la situación."
Las terapias tienen una duración de 3 a 6 meses y tienen una tasa de éxito superior al 80%
El equipo multidisciplinar del SAAT ofrece a los adolescentes, sus familias y profesionales de los ámbitos educativo, social, sanitario -y otros que trabajan habitualmente con menores- una asistencia enfocada en tres áreas de actividad: prevención, formación e intervención.
La labor de prevención se desarrolla en centros educativos y va dirigida tanto a los niños como a sus padres y profesores, a los que se orienta para detectar síntomas como pueden ser la desaparición de relaciones sociales, el descenso en el rendimiento educativo, el descuido en la higiene personal o posibles reacciones agresivas al limitar o prohibir el uso de dispositivos digitales. Para la consejera, "la prevención es fundamental", porque "algo que empieza como una simple afición, se puede convertir en una adicción." Por ello, "lo que hay que hacer es prevenir y decirles a los padres que sean vigilantes y conscientes de que el uso en exceso de las nuevas tecnologías es algo extraordinariamente negativo."
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