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Superados -esperemos- los peores momentos de la pandemia ocasionada por la crisis sanitaria del Covid-19, queda reflexionar sobre los efectos, consecuencias y próximos desafíos a definir y solucionar durante los próximos meses. Una de las áreas especialmente afectadas por este virus ha sido la de Neurología, que ha visto cómo esta situación ha derivado en problemas cronificados para muchos pacientes, especialmente si ya padecían alguna patología previa relacionada con el ámbito cognitivo o la demencia.

El flujo de pacientes y la demanda asistencial se han incrementado en la actualidad, debido a la derivación desde Atención Primaria de las personas que sufren síntomas neurológicos a causa de lo que se conoce como síndrome post-Covid o síndrome de Covid persistente. “Los pacientes que han sufrido Covid tienen con frecuencia quejas de pérdida de memoria, lo que ha conllevado más consultas al neurólogo, y por otro lado, aquellos que ya arrastraban un deterioro cognitivo, con enfermedades como el Alzhéimer, han visto agravado su estado ante la imposibilidad de poder socializar o participar en actividades de asignación cognitiva o de ejercicio físico; todo ello ha tenido un impacto brutal en este grupo de pacientes, los más perjudicados ante un declinar que, en condiciones normales, no debería ser así”, explica para Televisión Digital de Madrid y Soy de Madrid el doctor David Pérez, Jefe de Servicio de Neurología del Hospital 12 de Octubre, presidente de la Asociación Madrileña de Neurología y Profesor Asociado de Medicina de la Universidad Complutense.

Otros síntomas relacionados son “niebla mental, falta de concentración y de atención o de memoria, que se mantienen durante muchos meses, así como debilidad y fatiga, sensibilidad en forma de parestesia o sensación de picazón corporal, además de dolores de cabeza y cefaleas, incluso crónicas o discapacitantes, que requieren la derivación a Neurología”.

Retrasos en la atención médica

De esta circunstancia se ha derivado, asimismo, una demora y una sobrecarga “considerable” en las listas de espera y atención de los pacientes de los Servicios de Neurología de la Comunidad de Madrid: “al introducirse una nueva actividad, ésta ha interrumpido la que se estaba realizando con anterioridad, especialmente con los enfermos neurológicos crónicos, ya que, naturalmente, durante el primer año todo se hizo prácticamente por vía telefónica, con una telemedicina que no es la que nos habría gustado, pero era la única salida”. Una alternativa idónea en algunos casos, “para seguimientos o cuando no hay grandes cambios en el pronóstico”, pero cuya continuidad no se recomienda de manera generalizada, puesto que muchos profesionales han percibido también el empeoramiento del estado de salud de numerosos pacientes a raíz del confinamiento, debido al aislamiento social y la limitación prolongada en el tiempo a la hora de poder salir a la calle o acudir a un centro de día.

Los especialistas han propuesto, como una medida de mejora, la implantación definitiva de los circuitos puestos en marcha en época de pandemia: consulta telefónica y e-consulta a través de Atención Primaria a Neurología. Ahora el objetivo es evaluar cuándo estos métodos han sido útiles y ver cómo podrían formalmente implementarse de manera definitiva en los servicios de Neurología para facilitar la accesibilidad a los pacientes que se puedan beneficiar de esta atención. El actual reto de la atención neurológica es determinar cuáles son los pacientes que se pueden beneficiar de la telemedicina e implementar los medios adecuados y la formación necesaria para poder utilizarla.

“En una primera consulta, es prácticamente imposible saber lo que está pasando por teléfono, y a lo largo de la evolución, en algún momento se hace indispensable una consulta presencial”, incide Pérez, quien apuesta por “una telemedicina 2.0, con videoconferencia y una cámara de alta definición, que podría ser el futuro; hasta entonces, tenemos que utilizar los medios a nuestro alcance, pero nunca como norma generalizada”, añade.

Una de las ventajas que han resaltado los especialistas presentes en la I Reunión de Jefes de Servicio y Unidad de Neurología de la Comunidad de Madrid es que la consulta telemática ha facilitado la accesibilidad y la atención a un gran número de pacientes que sufren enfermedades neurológicas discapacitantes. Para algunos de ellos, acudir a la consulta con el especialista supone una elevada carga debido a la necesidad de tener que desplazarse, ya que en determinados casos requiere que una ambulancia les recoja y traslade. “También hay pacientes que solo vienen a recoger unos resultados de una prueba, para ver cómo ha salido un análisis determinado o para ajustar una medicación. Este tipo de consulta ha facilitado que, de manera telemática, se solucione.”

El impacto en los profesionales sanitarios

“Por un lado, hubo que adaptarse con una gran sobrecarga de trabajo al tsunami de la primera ola para atender a los pacientes, y después, para recuperar la actividad previa; por otro, son numerosas las bajas laborales por Covid, afortunadamente con cuadros leves, pero que nos ha mermado la plantilla a lo largo de estos dos años de una manera relevante, llegando a ascender a un 25% del total, lo que se traducía en anular consultas y retrasos, pero no ha habido otra manera de enfrentarse al problema”, sostiene el facultativo. En esta línea, el experto indica que los sanitarios que contraen la enfermedad “en nuestro medio, han de quedarse obligatoriamente en casa, ya que en el centro pueden estar en contacto con personas inmunodeprimidas, por lo que muchas de esas consultas tampoco pueden pasarse”.

Sin mascarillas en interiores… ¿Ha desaparecido el problema?

“Parece que vemos la luz al final del túnel; siguen registrándose casos, pero que no se traducen en más hospitalizaciones”, afirma el doctor, quien asegura que la recuperación de la actividad en el área de Neurología tras la pandemia del Covid-19 es paulatina, por la razón de que “existe un tapón de consultas que hay que ir priorizando para sacar adelante la lista de espera”.

Sin embargo, conviene no bajar la guardia: “sigue siendo una patología prevalente, que se ve agravada en casos en los que hay otras patologías que provocan el ingreso, lo que quiere decir que cuando se tiene una enfermedad crónica o inmunosupresión, o se está tomando algún tratamiento de forma continuada, que pueda provocar una disminución de las defensas, hay que tener cuidado, ya que la infección por Covid, en esas circunstancias, puede repercutir en un problema serio de salud y complicaciones que llegan a causar el fallecimiento”, concluye.