Incertidumbre, ansiedad, miedo, culpa, soledad o trastornos en la alimentación, esbozan un escenario no tan desconocido para la población española. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), nuestro país, con alrededor de dos millones de personas, se sitúa en el top 5 de países europeos con mayor número de casos de depresión; solo superados por Alemania, Italia y Francia.
La depresión en España se ha convertido en un importante problema de salud pública, y está reconocida como una de las principales causas de discapacidad. Según la última Encuesta Nacional de Salud (2017), esta alteración de la salud mental la padecen más mujeres (9,2%) que hombres (4%), viéndose más afectadas aquellas personas en situación de desempleo (7,9%) que las que están trabajando (3,1%).
Con la llegada de la pandemia por el COVID-19, nuestras rutinas se vieron alteradas, la vida dio un cambio inesperado, y multitud de situaciones estresantes se adueñaron de nuestro día a día. Tuvimos, y tenemos, que convivir con una realidad distinta a la que estábamos acostumbrados.
Los pacientes con depresión son más vulnerables a desarrollar enfermedades bucodentales, así como desórdenes en la articulación temporomandibular (bruxismo)
El efecto psicológico de la pandemia no ha tardado en llegar. Algunos hablan de “fatiga pandémica”. Así lo manifiesta un estudio realizado por el Consejo General de la Psicología de España (COP) durante el pasado año, que refleja que 1 de cada 4 personas presenta síntomas relacionados con la depresión.
¿Pero qué relación hay entre la depresión y la salud oral? Cada vez existen más estudios que avalan esta sinergia. Los pacientes con depresión son más vulnerables a desarrollar enfermedades bucodentales (caries, gingivitis-periodontitis), así como desórdenes en la articulación temporomandibular (bruxismo). Hasta el 61% de los pacientes con depresión manifiestan dolor dental.
Dado su mal estado anímico, tienden a descuidar su higiene en general, y la boca en particular. Está comprobado que, en muchas ocasiones, el paciente altera sus hábitos alimentarios (abuso de carbohidratos, bebidas azucaradas y grasas), y de consumo (tabaco-alcohol-drogas). Además, los medicamentos antidepresivos disminuyen la producción de saliva, lo que empeora la adecuada salud oral.
Ante la aparición de cualquier signo o síntoma que afecte a cualquiera de estos dos ámbitos de la salud, los especialistas clínicos pueden darnos solución a nuestros problemas: odontólogos, psicólogos y médicos.