Este álbum y la gira para promocionar el disco supuso una auténtica declaración de intenciones por parte de la artista estadounidense. Desde los temas de los que se hablaba dentro de las diferentes canciones que componen el disco como la igualdad entre hombres y mujeres, la libertad sexual y de expresión personal, la libertad, la rebeldía y, sobre todo, la autoaceptación porque "Dios no comete errores", tal y como relata en el tema que da título al disco.
Este álbum causó tanta controversia que tenía a gente, sobre todo cristianos, protestando en la calle, hasta con pancartas "mandándola al infierno". Incluso, fue amenazada con ser arrestada por el gobierno ruso por dar un discurso a favor de la comunidad LGBTQ+ y tuvo la entrada prohibida a algunos países. Un icono en toda regla. Uno de los momentos más polémicos de este disco fue el videoclip de la canción de Judas, que fue considerado como una "burla" de la cantante hacia la fe cristiana, a pesar de que el concepto del vídeo fuera "modernizar" los relatos de la biblia de los 13 apóstoles, de María Magdalena y de Jesús.