La bombona de butano se paga hoy a 16,12 euros, acumulando un aumento de más de cuatro euros desde noviembre del año pasado. Una dolorosa subida para aquellos hogares que dependen del butano para la calefacción y el agua caliente y que acaban de afrontar otra significativa subida del precio de la factura de la electricidad, que a su vez suma ya un 29% en los últimos doces meses, según advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Problema que se acentúa si tenemos en cuenta que en algunas zonas rurales o residencias de ciudadanos con pocos recursos o donde no hay gas canalizado ésta es la única opción posible. Aunque el mercado esté liberalizado, el importe de la bombona de butano clásica sigue estando regulado por el Gobierno.
La subida del precio de la bombona (cerca del 5%, el máximo permitido en cada revisión bimensual) marca un nuevo máximo, el más alto en los últimos seis años. Una circunstancia que rompe con la tradicional bajada del butano que se producía en los meses de verano y que amenaza con volver a repetirse en la próxima revisión bimestral de precios de octubre. Lamentablemente, este año las subidas parecen no tener fin, igual que está sucediendo con el precio del resto de los carburantes. De hecho, el futuro del butano no es halagüeño, ya que el mes de noviembre suele caracterizarse por subidas añadidas.
OCU recomienda a las familias que comprueben si tienen derecho al bono social eléctrico, ya que incluye una ayuda térmica de hasta 124 euros al año, independientemente de la fuente de energía que se emplee.
Este precio solo se aplica a la bombona tradicional de butano, aquella que tiene 12,5 kilos de carga y que en vacío pesa más de 9 kilos. Las que poseen una tara inferior a 9 kilos o no tienen una carga de entre 8 y 20 kilos, y que suman un 22% del mercado, tiene un precio liberalizado desde hace años, por lo que suelen costar más que este precio regulado.
En cualquier caso, OCU recomienda a las familias con dificultades económicas que al menos comprueben si tienen derecho al bono social eléctrico, ya que incluye una ayuda térmica automática por un importe de entre 29 y 124 euros al año sea cual sea la fuente de energía que se emplee y que varía según la zona climática donde se encuentre la vivienda, así como del grado de vulnerabilidad económica del usuario. La Organización estima que alrededor de 1,2 millones de hogares no disfrutan de esta ayuda aun cumpliendo los requisitos para recibirla, por lo general por no haber sido informados correctamente de su existencia. Se trata en muchos casos de hogares donde la bombona de butano es el único recurso de calefacción, bien porque no hay alternativas o porque no pueden pagar otras fuentes de energía más caras.