Mejorar la fatiga física en personas afectadas por Covid persistente. Ése es el objetivo del ensayo desarrollado por un grupo de neurólogos e investigadores del Hospital Clínico San Carlos, quienes han llevado a cabo uno de los primeros estudios con resultados favorables en uno de los síntomas más incapacitantes de la enfermedad, cuyas conclusiones han sido publicadas en la revista Brain Communications.
Mediante su puesta en marcha, han descubierto que la estimulación transcraneal eléctrica supone una mejora significativa en el tratamiento de pacientes con síndrome post-Covid. Se trata de “una técnica de neuromodulación cerebral no invasiva, segura, bien tolerada y con buena adherencia al tratamiento por parte de los pacientes, que consiste en la aplicación de una corriente eléctrica continua de baja intensidad a través de electrodos colocados en el cuero cabelludo, que busca producir cambios en la conectividad cerebral, dado que en estudios previos hemos visto cambios cerebrales estructurales y funcionales en el síndrome post-covid, y nuestra hipótesis es que mediante esta técnica se podría producir un efecto favorable en estos pacientes”, afirma el neurólogo del Hospital Clínico San Carlos, e investigador principal, Jordi A. Matías-Guiu.
La investigación, denominada “Modulación con estimulación directa transcraneal (tDCS) para el tratamiento de la fatiga persistente post-COVID”, ha arrojado datos optimistas sobre una enfermedad que actualmente no tiene tratamiento y afecta a la vida cotidiana de las personas que lo sufren, llegando, en algunos casos, a tender a la cronicidad.
Es una técnica de neuromodulación cerebral no invasiva, segura, bien tolerada y con buena adherencia al tratamiento por parte de los pacientes
Investigadores de los servicios de Neurología y Radiología del Clínico San Carlos demostraron, por primera vez, que las alteraciones cognitivas que persisten en personas con covid, tras un año desde la infección, están relacionadas a largo plazo con una afectación cerebral estructural y funcional. Estudiaron para ello a 122 participantes, 86 de los cuales diagnosticados con Covid persistente, que fueron evaluados mediante un amplio conjunto combinado de pruebas neuropsicológicas y resonancias magnéticas de alto campo. En la citada investigación confirmaron que las alteraciones cerebrales presentes en personas con Covid persistente y los cambios en el volumen de la sustancia gris del cerebro estaban asociadas con disfunciones cognitivas, como falta de atención y lentitud en la velocidad de procesamiento de la información. El hallazgo de estas alteraciones en la conectividad cerebral sugirió la posibilidad de aplicar el tratamiento con neuromodulación mediante estimulación eléctrica.
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Los pacientes que participaron en el ensayo clínico recibieron ocho sesiones de corrientes de baja intensidad durante 20 minutos al día, y fueron evaluados inmediatamente tras la última sesión y un mes después del tratamiento con la escala de medición de impacto de fatiga modificada (MFIS), “observándose una mejora considerable con reducción de la fatiga física al final del tratamiento y con persistencia de la mejora transcurrido un mes”, añade Matías-Guiu.
En el estudio participaron 47 personas con diagnóstico de covid persistente o de larga duración, 23 de los cuales recibieron este tratamiento, mientras que los 24 restantes recibieron un tratamiento simulado. La edad media de los participantes fue de 45,66 años; el 78% eran mujeres, ya que afecta con mayor frecuencia a éstas, concretamente en etapas medias de la vida.