Entre pinchos de tortilla para desayunar, siempre con café, o pinchos para almorzar con Coca-Cola o una cerveza, conocí de oídas el que dicen es el restaurante con la mejor tortilla de patatas de Madrid y de España. Decir eso con seguridad es bastante osado, pues para gustos los colores, pero allá que me fui.
Ocafú es un restaurante de comida gallega en la que su plato estrella es la tortilla de patatas. Está en una zona céntrica de Madrid y tiene cinco sucursales, todas relativamente cerca de sí, en las calles Jorge Juan, Velázquez, Santa Ana, Infanta Mercedes y Sagasta.
No es una tortilla excesivamente voluminosa de esas en las que hay que hundir el tenedor de lo gordas que son.
No sabíamos si elegir entre la pequeña y la grande pues somos de buen comer. Nos decidimos por la pequeña, para probar, junto a unas croquetas y pulpo a la gallega.
Las croquetas riquísimas, calentitas y compactas. El pulpo, de lujo. Quizás la ración algo pequeña pero vuelvo a recalcar que somos unos grandes comilones. Y llegó la tortilla. Que no era gigante, pero sí bastante grande para ser “la pequeña”.
Lo que nos llamó la atención fue su color y su olor. No era una tortilla excesivamente voluminosa de esas en las que hay que hundir el tenedor de lo gordas que son. (No confundir con grandes). Pero cuando la partimos nos dimos cuenta de su espesor.
¡Cómo se deshacía! Era casi imposible partirla en trozos iguales. Cuando lo logramos, empecé a saborearla y tras varios segundos me di cuenta de que lo que decían, era cierto. Es una de las mejores tortillas de patatas que he probado. Y puedo decir con orgullo que he comido y probado decenas de ellas. No es una tortilla para hacer un bocadillo. Ni siquiera para hacer un pincho. Tampoco como plato único.
Es para ir con tu pareja, amigos o familiares y disfrutar. Evidentemente con ese pan gallego indispensable para mojar lo que queda en el plato de lo jugosa que está.
Pedimos la pequeña y nos quedamos bien. Pero en breve caerá la grande.
De postre, una Mousse de chocolate en su punto. Ni congelada, ni caliente. Fresquita, deliciosa. La guinda para quizás, la mejor tortilla que he probado. Desde luego en los últimos tiempos.
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