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La procesionaria del pino, una oruga “pequeña pero matona”
En concreto, los animales son muy vulnerables a esta plaga
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La procesionaria del pino es una de las plagas más frecuentes en las zonas del litoral mediterráneo, muy habitual en determinadas áreas como espacios naturales, parques, jardines privados. Su presencia es notable, especialmente, en aquellos lugares en los que hay determinadas especie de pino, como canario, carrasco, laricio, silvestre, piñonero y pinaster. Para el sector de la maquinaria, el desbroce de parcelas supone un importante problema en ocasiones.

Es muy importante conocer cuáles son los principales riesgos que puede acarrear esta plaga, extrapolando sus efectos nocivos más allá de los seres humanos. Los pinos no quedan exentos de los estragos de la oruga pero, sin lugar a dudas, uno de los seres vivos más vulnerables son los animales.

Si una mascota, como un perro o un gato, ingiere la oruga, el riesgo de muerte se dispara considerablemente. Basta con que huelan o laman la procesionaria del pino para que los animales sufran los síntomas propios de la asfixia.

“El contacto de nuestras mascotas con esta oruga suele ser motivo de urgencia veterinaria, siendo en los casos más extremos capaz de provocar la muerte de nuestro animal al ingerir estas orugas, ya que poseen unos pelos que las rodean que resultan ser especialmente urticantes”, indican los profesionales de la salud animal.

Por este motivo, se hace gran hincapié en vigilar a las mascotas cuando esta plaga está en su momento de auge, ya que una intervención a tiempo puede ser determinante a la hora de salvarles la vida.

Vigila y cuida a tu mascota en esta época para evitar posibles sustos

  • ¿QUÉ HACER SI MI MASCOTA HA ESTADO EN CONTACTO CON LA PROCESIONARIA?

Si se da esta situación, los veterinarios aseguran que acudir al centro veterinario más cercano de forma inminente es crucial, pero los primeros auxilios pueden ayudar al animal a ganar algo de tiempo y frenar la evolución de la asfixia. “Cuanto más tiempo pasa desde el contacto, más crece la probabilidad de necrosis en la zona lesionada, por lo que gestionar esta situación con rapidez suele ser el factor clave”.

Por ello, recomiendan lavar con suero o agua tibia las zonas afectadas por la lesión, insistiendo en que “si observamos los pelos de la oruga en nuestra mascota, con la ayuda de unas pinzas podemos retirarlos, siempre evitando manipular estos pelos con nuestras manos”.

Evitar rascar la zona afectada del animal es muy importante pues, a pesar de creer que así lo aliviaremos, se empeoraría la condición.

De todas formas, lo primordial es mantener la calma (en la medida de lo posible) y actuar de forma lógica y eficaz. Si vigilas y cuidas a tu mascota, y empleas los medios necesarios, seguramente la cuestión quede en un simple susto.

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