Regalo de Reyes anticipado para todos esos animales que nos acompañan en nuestro día a día en nuestros hogares, pues a partir del 5 de enero de 2022, estos ya no serán considerados "cosas" sino "seres sintientes" y jurídicamente pasarán a considerarse "miembros de la familia" con la que conviven.
Un cambio de nomenclatura que podría parecer mínimo, pero que a nivel jurídico es muy importante, ya que, a partir de ahora, los sentimientos y el bienestar de las mascotas serán tenidos en cuenta en procesos judiciales como separaciones y divorcios, así como en casos de embargo. Aunque este cambio fue aprobado el pasado 2 de diciembre en el Congreso de los Diputados, y se publicó en el BOE el 16 de diciembre, como el texto no especificaba cuándo debía entrar en vigor esta modificación, se aplica la 'vacatio legis', es decir, que entra en vigor 20 días después de publicación en el Boletín Oficial.
Esta nueva norma regula principalmente el qué ocurre con los animales de compañía en casos de divorcio o separación y señala específicamente que no deben ser embargadas o hipotecadas, así como que no pueden ser abandonadas o inducidas a situaciones que les cause sufrimiento o dolor. De hecho, la violencia vicaria contra las mascotas en casos de violencia de género deberán ser tomadas en cuenta por el juzgado a la hora de la sentencia.
La autoridad judicial podrá acordar la participación de los cónyuges en los gastos de manutención y cuidado del animal
Además, la autoridad judicial podrá acordar la participación de los cónyuges en los gastos de manutención y cuidado del animal, así como decidir cuál va a ser el hogar de la mascota si los miembros de la expareja no se ponen de acuerdo extrajudicialmente. Por supuesto, primará antes todo el bienestar del animal y por ello se podrán establecer tiempos de disfrute y de cuidado si fuera necesario.
Este cambio no solo afecta a los animales domésticos, sino también a aquellos que vivan en explotaciones ganaderas, ya que a partir de ahora no podrán ser incluidos dentro de las hipotecas, ya que no pueden ser embargados. Pese a que este cambio jurídico llevaba implantado varios años en varias comunidades autónomas, haberlo hecho a nivel nacional ayuda a que en todo el territorio se trate a las mascotas por igual independientemente de su lugar de residencia.