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Qué nos gusta un buen salseo… Una vez más, os traigo un reality. De la mano de Netflix, como siempre, aprovecho que ‘La Isla de las Tentaciones’ está batiendo récords de audiencia para daros a conocer esta competición que, como su propio nombre indica, la gana aquella pareja que tenga más amor, con fianza.
Aparentemente, hay pocas las diferencias entre ambos programas. Sin embargo, y a mi parecer, la versión de la plataforma de contenido digital es el siguiente escalón en cuanto a escándalos, infidelidades, mentiras y verdades.
En el programa televisivo, las parejas acuden a una isla paradisiaca para poner a prueba su relación. Allí, son separados en dos villas diferentes, donde se alojan los y las novias con sus respectivos grupos de solteros y solteras que se encargan de poner en peligro sus relaciones como tentadores.
Estamos bastante acostumbrados a la imagen de las hogueras de confrontación, donde las parejas se enfrentan a imágenes que muestran a sus ‘enamorados’ y sus comportamientos cuando estos no están delante. Encaran la verdad mediante unas grabaciones que dejan poco lugar a la imaginación.
El premio en la isla es, precisamente, salir en pareja, tras varias semanas de fiestas intensas en las que no puedes hablar ni ver a con tu pareja más allá de las imágenes que el programa te facilita. Toda una manzana envenenada, ya que, a veces, no todo es lo que parece.
En este caso, en 'Amor con Fianza', el formato es parecido: una pareja pone a prueba su amor alejados el uno del otro y con visitas inesperadas (aunque ampliamente deseadas por muchos). Sin embargo, hay una gran diferencia que lo cambia todo: el eye detect. Un detector de mentiras al que no se le escapa absolutamente ninguna verdad a medias gracias a su tecnología.
Por cada mentira, pierden 1.000 euros de la fianza y por cada verdad, los recuperan
En las reuniones exponen los vídeos de sus parejas y también las preguntas que estos han respondido. Por cada mentira, pierden 1.000 euros del bote con el que contaban inicialmente y por cada verdad, los recuperan. Cuando llegue el momento, una de las parejas, la más sincera, ganará el premio que quede tras las mentiras y verdades al eye detect.
Una vez expuestos los grandes rasgos, vamos a entrar en materia. Hablemos de amor, hablemos de fianza y hablemos de todo a la vez. La segunda temporada ya se ha estrenado en Netflix y son muchos los que han ‘caído’ en esta tentación de la plataforma de streaming.
El hecho de que sea Mónica Naranjo la presentadora hace mucho, la verdad. En la primera de las ediciones del reality televisivo fue ella la encargada de dirigir el cotarro y su ausencia se ha notado. Además, el premio o fianza final y que sea una competición como tal, también lo hace más atractivo.
Otro de los hechos que destacaría así de manera general es la duración de sus capítulos: alrededor de 50 minutos. Para mí, el tiempo perfecto para no aburrirte, pero para que consigas adentrarte en las relaciones de todos ellos.
He de confesar que la primera temporada la vi hace bastante tiempo y no recordaba mucho del programa más allá de su dinámica. En esta segunda edición, las parejas han ido de viaje a Cerdeña y, aunque ha habido alguna que otra sorpresa, el formato ha continuado igual. Si algo funciona, para qué cambiarlo, como bien dice el refrán.
En la primera edición, la categorización es de mayores de 12 y, esta vez, ha aumentado a mayores de 16. Me parece razonable teniendo en cuenta que los juegos han ido subiendo de tono y algunas de las parejas se han dejado llevar casi sin límites e, incluso, entre ellos.
A diferencia de 'La Isla de las Tentaciones', el colectivo LGTBI está incluido con una pareja de dos hombres en la primera edición y de dos mujeres y otra pareja gay en la segunda, mostrando además una realidad como es la bisexualidad.
Dicho esto, creo que ya no me queda nada más que decir. Ah, sí...
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