A nuestros pequeños les queda un poco lejos este titular, pero uno de nuestros ratones favoritos 'Súper Ratón' nos lo decía continuamente a nosotros cuando éramos pequeños: “No te olvides supervitaminase y mineralizarse” y ¿por qué?
Lo primero que tenemos que saber es que las vitaminas y los minerales son nutrientes esenciales, imprescindibles en nuestro organismo para que éste realice diferentes reacciones metabólicas. Lo perfecto es proporcionárselas a través de una correcta alimentación. Todos ellos los podemos conseguir gracias a una alimentación variada y equilibrada.
Ojo, tanto el defecto como el exceso es perjudicial y por regla general, se necesitan pequeñas cantidades de cada uno, de ahí que se les denomine micronutrientes.
¿Por qué son importantes en los niños?
En la etapa de crecimiento, los niños están en pleno desarrollo tanto a nivel óseo, como muscular, cognitivo, sensorial… y las vitaminas y minerales son esenciales para que estos procesos se realicen con total normalidad. El déficit o exceso de alguno de ellos puede que retrase el desarrollo natural del niño.
Podemos dividir estos nutrientes en: Hidrosolubles, liposolubles y minerales. En este primer artículo os hablaremos de las vitaminas hidrosolubles.
Vitaminas Hidrosolubles
Las vitaminas hidrosolubles son las que se disuelven en agua, que su exceso se elimina a través de la orina o el sudor. Como nuestro organismo no almacena estos nutrientes es importante que los consumamos a diario. Te dejamos una lista de las 9 vitaminas hidrosolubles y en qué alimentos los encontramos principalmente. La cantidad diaria, dependerá de la edad.
- Vitamina C (ácido ascórbico): La vitamina C es importante porque es un antioxidante celular, importante para el crecimiento y la reparación de los tejidos del cuerpo, tiene un alto poder cicatrizante. Además, previene enfermedades degenerativas como el Alzheimer. La podemos encontrar en alimentos como las naranjas, mandarinas, el brócoli, pimientos.
- Vitamina B1 (tiamina): Es la encargada de convertir los hidratos de carbono en energía. La podemos encontrar en alimentos como la carne de cerdo, los cereales integrales y algunos frutos secos como los pistachos.
- Vitamina B2 (riboflavina): Ayuda a la producción de los glóbulos rojos, además, ayuda a la producción de energía transformando los hidratos de carbono. Algunos alimentos en los que ponemos encontrar estas vitaminas son los quesos, zumos o cereales integrales.
- Vitamina B3 (niacina): al igual que sus hermanas, es la encargada de generar energía a través de los hidratos de carbono que consumimos. Es buena para desarrollo del cerebro y el corazón. Podemos encontrarlo en los lácteos, huevos, cereales o los frutos secos.
- Vitamina B5 (ácido pantoténico): La Vitamina B5 interviene en la fabricación y descomposición de las grasas. La encontramos en los huevos, legumbres, carne, leche entre otros alimentos.
- Vitamina B6 (piridoxina): su consumo es imprescindible para el correcto funcionamiento de las enzimas, para el desarrollo cerebral y para el sistema inmunitario. Podemos encontrarlo en pescados azules como las sardinas, el atún o el salmón, las legumbres o el pollo y el cerdo.
- Vitamina B7 - B8 - H (biotina): Intervienen en la formación de la piel, las uñas y cabello. Los alimentos que contienen biotina son principalmente, el hígado, los frutos secos o las verduras.
- Vitamina B9 (ácido fólico): Participa en la regeneración celular, tanto de la piel, como las uñas y el pelo. Si necesitas un extra de ácido fólico puedes comes verdura de hoja verde, cereales, fruta, legumbres o hígado de ternera.
- Vitamina B12 (cianocobalamina): Nuestras neuronas necesitan B12 para su correcto funcionamiento. Además, es imprescindible para un correcto crecimiento. Lo encontramos en pescados, carne roja y de pollo, huevos, lácteos, en los aguacates, arándanos...
PARTE II: Vitaminas liposolubles
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