La Comunidad de Madrid está realizando una investigación para conseguir que la vegetación forestal acumule más agua, tanto para fortalecer a las plantas ante posibles incendios como para aumentar la capacidad de los embalses. Para ello, se han creado cinco parcelas experimentales en montes de utilidad pública del norte de la región, donde se han instalado sensores que van a hacer mediciones de plantas, suelo y atmósfera.
El consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo, ha visitado una de ellas, ubicada en el término municipal de Canencia. Las restantes se han instalado en Braojos (dos), Rascafría y Puebla de la Sierra, para que estén representados los principales tipos de masa forestal presente en la región, fundamentalmente pino silvestre y rebollo.
La respuesta a los tratamientos que se efectúen en estos terrenos va a permitir optar por las prácticas más efectivas para regenerar la vegetación y su capacidad de absorción del agua. Asimismo, va a indicar cómo fijar carbono orgánico en los suelos, a fin de evitar la erosión y actuar contra la desertificación.
Además, a lo largo del año se está actuando también en 27 montes de utilidad pública, repartidos en 21 municipios y que suman una superficie total de 568,45 hectáreas. En ellos se ha reducido moderadamente el arbolado, con lo que se favorece que el resto de ejemplares se desarrolle con más vigor y que mejoren las propiedades del terreno.
Se han creado cinco parcelas experimentales en montes de utilidad pública del norte de la región
También se han eliminado las plantas de fácil combustión que han proliferado en el monte bajo, se han replantado especies autóctonas más resistentes a la escasez de lluvias y realizado cerramientos de áreas degradadas por el sobrepastoreo.
El Ejecutivo autonómico desarrolla desde 2022 el Proyecto Hidroforest para el manejo de masas forestales en los montes de cabecera de los embalses que abastecen a la comunidad autónoma, gestionados por Canal de Isabel II. Esta iniciativa, orientada a los entornos naturales de los cauces de los ríos y arroyos de la cuenca del Lozoya que derivan en Pinilla del Valle, Puentes Viejas, Riosequillo y El Atazar, para mejorar la retención del agua y aumentar su cantidad y calidad.
Novillo ha valorado “el buen trabajo que se está realizando para cuidar las cubiertas forestales y asegurar la recogida de agua de lluvia”, destacando que esta actuación también va a prevenir incendios, al disminuir la densidad del combustible inflamable de nuestros bosques”. El proyecto se enmarca en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea con fondos Next Generation.
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