La pandemia ha dejado patente la necesidad de reconvertirse de numerosos sectores, entre ellos, el de la alimentación y hostelería. Hace mucho que podemos salir pero para gran parte de la población la costumbre de realizar las compras online y no pisar ni un solo local ha pasado a ser algo permanente. Esto, unido a las limitaciones de aforo de los establecimientos hace que para los empresarios ofrecer servicios a domicilio sea fundamental para su futuro en el mercado.
¿Cómo estar a la altura sin alcanzar el nivel de Jeff Bezos? Con la ayuda de los vehículos autónomos presentados por Goggo Network. No todos los comercios pueden tener una flota de reparto que permita entregar pedidos en menos de 24 horas y, más aún, hacerlo ofreciendo unas condiciones dignas a sus empleados (Algo que ha quedado constatado con plataformas como Glovo o Deliveroo). Sin embargo, los coches desarrollados por la empresa del creador de Jazztel pueden desempeñar estas funciones de forma eficaz y permanente.
De acuerdo a Innovaspain, Goggo Cart pondrá a prueba este año en España dos servicios durante el último trimestre: Un servicio de delivery y otro de food trucks completamente autónomos y compuestos por vehículos completamente eléctricos.
A nivel tecnológico están preparados, pero necesitan medidas legales
Los food trucks tendrán capacidad para almacenar productos fríos y calientes, según motorpasion, y se programarán para cubrir una serie de rutas preestablecidas. Los clientes, que necesitan descargar previamente la app de Goggo Cars podrán conocer dicha ruta y los menús disponibles en el vehículo. De este modo, basta con acudir a la localización del coche, seleccionar un producto y pagar mediante contactless. Generando un servicio completo sin ningún tipo de intervención humana.
El vendedor ambulante, además de parar en los puntos de la ruta programada, se acercará a los restaurantes cercanos para reabastecerse cuando se quede sin género, de modo que la aplicación estará en constante actualización de acuerdo al lugar y los alimentos de los que disponga en el momento. Cuando termine su jornada laboral, devolverá las existencias que no se hayan vendido en el punto programado y la empresa se encargará de hacer un uso solidario y sostenible de los mismo.
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Por otro lado está el caso de los robots de reparto que se compondrá de flotas de dispositivos autónomos que se programarán para desplazarse por las aceras de una zona concreta a una velocidad de peatón. Los nuevos “riders” reciben los pedidos de los clientes, se trasladan a los supermercados asociados y allí se deposita el pedido del comprador. Ya con todo el transporte llevará la compra hasta la casa del usuario que recibirá una notificación cuando pueda recoger el pedido.
El gran desafío al que tienen que hacer frente empresas como Goggo es la elaboración de una normativa específica que permita desempeñar estas labores sin trabas. La movilidad de los robots por zonas transitadas requiere de una serie de medidas por parte de la empresa pero también de unas leyes que tengan en cuenta la presencia de estos dispositivos. Los responsables de la empresa llevan meses negociando para avanzar en este ámbito, ya que a nivel tecnológico están más que preparados. ¿A cuánto estamos de que Optimus Prime nos reparta las pizzas? Parece que no queda tanto para descubrirlo.