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Opinión de Cirilo Luis Álvarez | Entre pillos anda el juego
El columinsta de soy-de.com reflexiona sobre los partidos políticos
Regional |

Del mismo modo que si estuviéramos viviendo una película del agente 007, de Mata Hari o en clave de guasa patria, un tebeo de Mortadela Y Filemón y su agencia T.I.A. o ya para rizar el rizo, un film de entre pillos anda el juego o un cuento de Alí Babá y los cuarenta ladrones, se da la circunstancia que en estos días aciagos y que dan vergüenza ajena a todo aquel, que se tenga por ciudadano de este país de pandereta, estamos asistiendo al crucial culebrón, protagonizado por diversos partidos políticos que supuestamente abanderan razón, honradez, pulcritud y “sentido de estado”.

Llegados a este dislate sin precedentes, asistimos boquiabiertos a que parte del elenco del congreso, rasga sus vestiduras, escandalizado afirmando vehementes, que se han vulnerado los derechos fundamentales a la intimidad, la libertad y los secretos oficiales que por cierto, en otras ocasiones, la misma técnica se ha usado sin aspavientos, para vilipendiar a otros contendientes del circo gubernativo e institucional, sin que por ello hasta la fecha se pusiera el grito en el cielo o se pidieran con insistencia cabezas de turco para que los poderosos de más arriba, salven de alguna manera los muebles.

Sean bienvenidas cortinas de humo

En definiva, en asuntos de espionaje y defensa del sillón, parece ser que los tentáculos de Octopus u Odessa nos han tocado de cerca en este peliculón de espías y aprovechados gubernamentales, en los que el decoro y la transparencia desde luego que brillan por su ausencia.

Sean bienvenidas cortinas de humo, para que el pueblo olvide por un tiempo, el desempleo juvenil en cifras insostenibles, la casi imposible accesibilidad a la compra y alquiler de la vivienda o la escalada de precios en los productos básicos y energéticos de la cesta de la compra, que mantienen el consabido IPC en valores tan insultantes, que en la España contemporánea, han sentado precedente convirtiéndose en históricos. Lancemos carnaza y cuchicheos al pueblo y que este olvide por unas jornadas la necesidad y el hambre, ¡que ya vendrán otros tiempos!