Hace apenas unos días, durante la hora de la comida, un grupo de periodistas debatían sobre la posibilidad de legalizar la prostitución, y si esta medida sería positiva para aquellas personas que la ejercían o, por el contrario, este "estilo" de vida debería abolirse definitivamente, ofreciendo otras alternativas que permitieran a los implicados no acudir a este recurso.
Durante el debate, se pusieron sobre la mesa varios ejemplos de distintos trabajos que, a su juicio, no estaban bien pagados, y por los que preferirían ejercer la prostitución antes que uno de ellos. En ese mismo momento saltó la gran pregunta, ¿se debería legalizar la prostitución? ¿debería ser una profesión más como otra cualquiera?
Dentro de mi humilde opinión voy a decir que no, un no rotundo, sin tapujos ni miramientos. La prostitución no se debería legalizar. Todo lo que implica esta profesión no se debería legalizar, las personas tenemos una dignidad y, a mi parecer, con esto nos la cargamos por completo.
Legalizar algo que no es bueno para una persona no significa que sea menos malo, al contrario
En primer lugar, no es novedad que la prostitución está muy ligada a la trata de personas. "¿Por eso deberíamos legalizarla no? ¡Así este aspecto estaría regulado!", el día que las personas dejemos de delinquir, ese mismo día, podría plantearme cambiar de respuesta. Por el momento, teniendo en cuenta que traficar con personas no debería ni pasarse por nuestras cabezas, y que es un delito que se perpetúa en el tiempo, no, no cabe legislación posible, porque no tendríamos ni que tener la necesidad de regular una atrocidad como esta, ¡no debería ni existir!
¡Traficar con personas ya es un delito!, legalizar la prostitución no va a cambiarlo, no va a dejar de existir. Sin embargo, si conseguimos que esta sociedad disponga de otros medios para salir adelante, si consiguiéramos que esas personas que se ven inmersas en grandes redes de tráfico, de criminales que las venden como objetos, pudieran ser rescatadas en un corto periodo de tiempo y reinsertadas en la sociedad. Ahí estaríamos dando el verdadero cambio.
Legalizar algo que no es bueno para una persona no significa que sea menos malo, al contrario, estamos dando luz verde a que otro tipo de actitudes acaben legalizándose porque claro "ya que está, pues habrá que regularlo", una mentalidad que debería cambiarse por "aunque esto exista tenemos que frenarlo, hay que "aniquilar" es mal permanente". Al igual que hemos avanzado en a lucha para obtener muchos derechos que antes eran impensables, deberíamos luchar por abolir otros tantos males endémicos que sufrimos en esta sociedad: la adicción a las drogas, la pobreza extrema, y ¡la prostitución!
Poca gente conozco, o mejor dicho, no conozco a nadie que haya afirmado abiertamente que le gusta dedicarse a ello. Sin embargo, sí hay otra tanta que lucha por salir de ese mundo, muchas mujeres, hombres ¡incluso niños! que se ven inmersos en un mundo en el que no se les ve ni se les trata como personas, sino como meros objetos sexuales, un trozo de carne donde satisfacer mis deseos, a quien puedo, incluso, maltratar o matar.
Por estos motivos, y por muchos más, yo digo que no, no podemos legalizar la prostitución. No podemos abrir la puerta a una forma de vida que intenta denigrarnos y reducirnos a objetos, las personas valemos mucho más que eso, tenemos una dignidad mayor, vamos a protegerla. Fomentemos más ayudas sociales, dejemos de subirnos los sueldos (clase política), dispongamos de más lugares públicos donde hospedar a los más vulnerables, luchemos juntos y unamos fuerzas. Construyamos una sociedad fuerte ¡y valiente!.
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