23 exministros han sido condecorados por el Gobierno con la la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos II, la más distinguida condecoración civil que puede ser otorgada en España. Entre ellos, Pablo Iglesias, Dolores Delgado, Salvador Illa, Máxim Huerta, José Luis Ábalos, Pedro Duque, María Isabel Celaá o Mertixell Batet. Figuran también en la lista antiguos representantes del Partido Popular, como Alberto Ruiz-Gallardón, José Manuel García Margallo, José Ignacio Wert o Luis de Guindos, entre otros.
La Real y Distinguida Orden Española de Carlos III fue instituida por el Rey Don Carlos III, por Real Cédula de 19 de septiembre de 1771, con el fin de condecorar a individuos beneméritos. El lema del que la dotó su fundador desde su creación, «Virtuti et merito», es el mejor indicativo de la finalidad de la Orden, pues serían las virtudes personales y el mérito alcanzado en el servicio a la Corona las prendas personales que debían acompañar a quienes fueran agraciados con tan Distinguida Orden.
En esta finalidad de premiar el mérito en el servicio al Estado, la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III se significó respecto de las instituciones de honorificiencia de la época de su creación, y desde entonces no ha abandonado ese carácter. Para ello estableció Don Carlos III las reglas y disposiciones convenientes que se reflejaron en sus constituciones primitivas. La Real y Distinguida Orden Española de Carlos III es la más alta de las Órdenes civiles españolas y se encuentra entre las más antiguas de las que actualmente se conservan en el mundo. Aunque en su origen era encuadrable dentro de la categoría de las órdenes de caballería, formalmente se convirtió en orden civil en 1847.
El Presidente del Gobierno se convierte, automáticamente al tomar posesión de su cargo, en el Gran Canciller de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III. Es investido con el grado de Caballero o Dama Gran Cruz de la Orden y con esta calidad actúa como Gran Canciller de la misma. Le corresponde elevar a la aprobación del Consejo de Ministros -como ha sido este caso- los proyectos de Reales Decretos de concesión de los grados de Collar y Gran Cruz. Todos los títulos de los diferentes grados de la Real Orden deben llevar su firma.
La finalidad premial era, en origen, recompensar a aquellas personas que se hubiesen destacado especialmente por sus buenas acciones en beneficio de España y la Corona.
La Gran Cruz se reserva a quienes, habiendo cumplido servicios relevantes para España, fueran o hubieran sido presidentes del Congreso de los Diputados, del Senado, del Tribunal Constitucional, del Consejo General del Poder Judicial, del Tribunal Supremo, ministros u otras altas autoridades del Estado.
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El Real Decreto del Consejo de Ministros ha otorgado a otras personalidades, por su parte, sendas condecoraciones de la Gran Cruz del Mérito en los ámbitos Militar, Naval, Aeronáutico y Deportivo, así como en el ámbito de la Educación y Formación, en este último caso a través de la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio A D.