Los protectores solares son imprescindibles para exponerse con seguridad a la luz del astro rey. Pero, aunque utilicemos las marcas de protector solar de más prestigio, como puedan ser Isdin o Heliocare, no estaremos protegidos del todo si no los utilizamos adecuadamente.
Los mejores protectores solares disponen de un doble mecanismo de acción sobre nuestra piel:
Adicionalmente, algunos protectores pueden contener ingredientes adicionales, como pueda ser el caso de la vitamina C, un potente antioxidante.
FPS es la abreviatura de Factor de Protección Solar. Es el índice utilizado para que quien adquiere una crema conozca su poder de protección frente a los rayos del sol.
Se indica en los envases y cajas mediante las siglas FPS (o SPF en inglés), seguido de una cifra que oscila entre el 10 y el 50. Cuanto más alta sea la cifra, mayor será la protección ofrecida.
En la UE, el FPS máximo está establecido en 50. Los protectores con FPS 50 ofrecen el nivel de protección más seguro contra los rayos UV.
Las personas de tez oscura pueden utilizar protectores con menor FPS que las personas de tez clara o rubicunda. Pero los dermatólogos coinciden en señalar que, independientemente del tono de la piel, cuanto más alto sea el factor de protección solar, mejor.
Como norma general, no se recomiendan FPS inferiores a 30. Y para niños o personas con tez clara, problemas de pigmentación o sensibilidad dérmica, la crema más indicada es la de FPS 50.
Aplícalo cada 3 ó 4 horas
Debe aplicarse de manera uniforme, frotando la piel hasta su absorción. La aplicación no debe hacerse justo antes de la exposición al sol, sino al menos media hora antes, al objeto de que la piel absorba bien los principios activos que sirven de filtros solares.
Aunque hay que protectores resistentes al agua, la prudencia nos indica que, tras un baño, lo ideal es aplicar nuevamente el producto sobre la piel.
Y aunque no nos bañemos, es conveniente repetir la aplicación cada 3 o 4 horas.
Contra lo que muchos piensan, la forma idónea de broncearse es utilizando un protector solar. Cierto es que el proceso de bronceado es más lento, pero a cambio conseguiremos un bronceado más natural y uniforme y protegeremos nuestra piel de los estragos que produce la exposición excesiva al sol.
Tanto en tiendas convencionales como en farmacias podemos encontrar cremas de protección solar de garantías. Sin embargo, en las farmacias disponemos de la más amplia variedad de protectores solares, todos ellos fabricados por prestigiosos laboratorios dermatológicos, como:
Y no solo eso, sino que en la farmacia también encontraremos protectores solares pediátricos y cápsulas antisolares orales, que preparan y activan nuestro organismo para defender nuestra piel y ojos de la acción de los rayos UV.
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