El término "solastalgia" es un neologismo que, como todas estas palabras neonatas, surge para nombrar realidades que se ponen de manifiesto a lo largo del devenir histórico de nuestra especie: este, en concreto, se refiere a la angustia que podemos sentir a causa del deterioro del medio ambiente. ¿Lo has experimentado alguna vez?
Cada vez se habla más de salud mental en los medios de comunicación, y las consecuencias del cambio climático sobre nuestras vidas también copan un espacio cada vez mayor en las agendas mediáticas. Sin embargo, no en tantas ocasiones se habla de la relación entre el desastre climático y la salud mental: el calentamiento global y los fenómenos climatológicos extremos no solo destruyen nuestro planeta, pues también afectan enormemente a la salud de nuestra mente.
Según indicó la Organización Mundial de la Salud, en un informe publicado el pasado mes de junio, durante los últimos 50 años 5 millones de personas han sufrido la degradación de su salud mental debido a circunstancias derivadas de la crisis climática: si bien se nos vienen a la cabeza las causas más evidentes - inundaciones y grandes lluvias- que de manera evidente generan ansiedad y angustia, varios estudios han demostrado que el aumento de las temperaturas también afecta a nuestro estado de ánimo.
¿Cómo te has sentido durante la terrible ola de calor que sufrimos en España este verano? Si experimentaste más estrés o ansiedad de la habitual durante este pasado mes de junio, cuando durante varias semanas consecutivas las temperaturas rebasaron los 40 grados, no es coincidencia; esta exposición continuada a las altas temperaturas provoca efectos en el estado de ánimo que, salvando las distancias, pueden coincidir con los síntomas clínicos que preceden a un suicidio. Ojo, la intención no es banalizar con el tema, pero la evidencia apunta que estos perjuicios a la salud mental afectan tanto a los grupos de riesgo - por ejemplo, personas que han padecido enfermedades mentales con anterioridad- como a los individuos que nunca han experimentado trastornos de este tipo.
En España tenemos la suerte de que, por el momento, los trastornos climáticos no están produciendo desplazamientos masivos de población ni el colapso económico de las sociedades que han tenido que abandonar su modo de vida, ante la proliferación de fenómenos climatológicos extremos. Si históricamente los refugiados han sido políticos o de guerra, los desplazados del futuro (no tan lejano) serán los refugiados climáticos. Aunque sí que nos vemos azotados cada año por inundaciones e incendios que calcinan nuestros bosques, por fortuna, no hemos tenido que afrontar la destrucción de nuestro modo de subsistencia o de nuestras economías a causa de la degradación de los ecosistemas por la incidencia de la actividad humana.
Pero la ecoansiedad y el colapso no son la única salida
La mayoría de nosotros, sin embargo, sí que podemos experimentar lo que ahora se conoce como "ecoansiedad": al tener consciencia de datos como que, en 2050, España tendrá un clima similar al de Afganistán, ¿cómo podemos enfrentar la incertidumbre, la angustia y la impotencia? El sentimiento apocalíptico se manifiesta pronto cuando pensamos en las difíciles condiciones con las que tendremos que lidiar en el futuro, y cuyas causas se remontan al descontrolado sistema de producción y consumo que arrancó hace décadas.
Pero la ecoansiedad y el colapso no son la única salida, al igual que tampoco sirve para nada dar la espalda a los problemas e ignorar la delicada situación en la que se encuentra nuestro planeta. Como sucede con todas las luchas, la concienciación y la información deben servir no para que cunda el desaliento y el pesimismo, sino como herramientas para construir un futuro mejor: los valores de sostenibilidad y cuidado del medioambiente no sirven solo para salvar nuestro planeta en la medida de lo posible, sino para construir una sociedad todavía mejor que la que jamás hemos tenido. Si sientes angustia por el sombrío e incierto futuro que se avecina, tan solo piensa que el trabajo duro nos traerá un horizonte, en contraste, mucho más brillante.
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(Si a menudo experimentas sentimientos de tristeza, nerviosismo, soledad o desasosiego, comunícaselo a tus allegados o y busca apoyo entre familiares y amigos. Llegado el caso, no dudes en acudir a un profesional).