El maquillaje siempre se ha relacionado con la belleza, un buen makeup hace lucir unos rostros cuidados y vistosos. No obstante, se nos olvida todo lo que realmente está detrás de estos looks, un paso fundamental sin el cual esa piel espectacular dejaría de serlo, envejecería antes de tiempo, algo que va más allá del maquillaje y de lo que pocas veces somos conscientes.
Así es, hablamos de esas rutinas diarias del cuidado de la piel que tanto nos comentan y a las que no solemos prestar mucha atención. Por eso, en este artículo vamos a reconectar con esta parte de nuestro cuerpo, conocer todos los beneficios que nos aporta para poder corresponderla.
La piel se configura como un órgano más expuesto a agentes externos, al calor, al frío y a los elementos y partículas que hay en el aire. La piel nos protege de bacterias, es impermeable y tiene la capacidad de regenerarse sola y lubricarse a sí misma. Además, elimina algunas sustancias necesarias como las toxinas a través de los poros.
Por otro lado, la piel es un espejo de nuestra salud física y mental. A través de las erupciones, del acné y otras enfermedades cutáneas puede ser la alarma que necesitamos para darnos cuenta de que algo no está bien, ya sea física o emocionalmente.
Nuestro skincare diario se fundamenta en tres pilares: la limpieza, la exfoliación, la hidratación y nutrición
Una vez que hemos conocido todos los beneficios que nos regala esta parte de nuestro cuerpo, es momento de devolverle el favor, de corresponderle a ese "amor", y qué mejor que hacerlo con una rutina diaria (necesaria) para mantener todas las propiedades intactas y que siga cumpliendo sus funciones. En este caso, nos centraremos en la piel del rostro, una de las más expuestas y que necesita cuidados un tanto más específicos.
Así, nuestro skincare diario se fundamenta en tres pilares: la limpieza, la exfoliación, la hidratación y nutrición.
1. LIMPIEZA
El primer paso en nuestra rutina de belleza es limpiar la cara tanto por la mañana como por la noche para poder eliminar los excesos e impurezas, y mantener limpios los poros para que no se obstruyan.
Para llevar a cabo esta misión, lo ideal es hacerse con jabones que sean neutros, cuanto más neutro mejor porque no contendrá tantas sustancias químicas que puedan dañar algunos componentes de la piel. Además, son hipoalergénicos, es decir, las probabilidades de que ese jabón nos de alergia disminuyen drásticamente.
2. EXFOLIACIÓN
El segundo paso a seguir para cuidar nuestra piel es exfoliarla. Este método consiste en eliminar las pieles muertas y limpiar en profundidad los poros. Es una rutina que podemos alternar durante la semana, dejando un día de descanso entre limpieza y limpieza.
Para exfoliar nuestro rostro, lo ideal es comprar productos específicos para ello y, sobre todo, al igual que con el jabón, es imprescindible que no contengas muchas sustancias químicas, porque pueden generar más grasa y taponar los poros.
3. NUTRICIÓN E HIDRATACIÓN DE LA PIEL
Nuestra piel tiene unas vitaminas y nutrientes que necesitan regularse constantemente porque, sino, se pierden. Nutrir la piel, sobre todo antes y después de aplicar el maquillaje, es fundamental pues los componentes de las bases y pigmentos suelen dañarla, envejecerla y obstruir los poros.
Por eso, una vez que la hemos limpiado, necesitamos devolver a la piel esos nutrientes que hemos "retirado", e hidratarla en profundidad para que su barrera protectora se fortalezca y no pierda flexibilidad.
Así, una vez que hemos seguido todos los pasos para cuidar la piel, esta nos lo devolverá actuando como esa barrera protectora de agentes externos y como el mejor lienzo para aplicar el maquillaje o, simplemente, lucir un rostro sano. ¿Te atrever a probarlo?
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