Agentes de la Policía Nacional han detenido a seis personas e investigado a otra por, presuntamente, distribuir pornografía infantil a través de redes sociales. Uno de los responsables era menor de edad cuando cometió los hechos y otros cuatro estaban en inicios de la veintena. La mayoría de los detenidos utilizaba el teléfono móvil para cometer los delitos, tecnología que está desplazando a ordenadores y tablets.
Se han realizado registros en Castellón, Madrid, Sevilla, Valladolid, Vizcaya y Gerona. La investigación ha contado con la participación de HSI y el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados de Estados Unidos.
La investigación se inició por parte de los agentes de la Unidad de Ciberdelincuencia, gracias a las labores de ciberpatrullaje y los contactos que mantienen con la industria de contenidos y con las autoridades de otros países. La mayoría de los servicios de Internet utilizados por los internautas españoles están radicados en Estados Unidos, lo que hace que la información de ese país sea fundamental a la hora de perseguir el tráfico y tenencia de pornografía infantil.
Las denuncias ciudadanas y la propia actividad de las empresas que las gestionan, que disponen de sistemas automáticos para detectar esos comportamientos, hacen que no queden impunes. En esta ocasión, los esfuerzos policiales se centraron sobre dos populares redes sociales.
Los esfuerzos policiales se centraron sobre dos populares redes sociales
En cuanto a los detenidos, en esta operación cabe destacar que el arrestado en Vizcaya no había cumplido los 18 en el momento de su arresto. A pesar de su juventud, durante el registro se encontraron más de cien vídeos de niñas de muy corta edad, en ocasiones los mismos que compartía por redes sociales. Para evitar que lo pudieran detectar con facilidad solo llevaba a cabo estas actividades a través de mensajería privada.
Durante el registro del domicilio del detenido en Madrid se encontraron rastros de ser el responsable de los hechos, pero no imágenes ilegales, ya que probablemente la propia red social le había comunicado la eliminación de material sospechoso. En Castellón se localizó a un hombre que intercambiaba imágenes de niñas de no más de seis años con un usuario mexicano que se hacía pasar por mujer.
Al contrario que otros usuarios, el detenido en Sevilla subía las fotografías ilegales de manera pública a la red. El arrestado intentaba crear grupos en redes sociales para agrupar a la mayor cantidad posible de personas interesadas en compartir las mismas fotografías. Similar comportamiento tenía el detenido en Valladolid.
La mayor parte de los detenidos utilizaban sus teléfonos móviles para cometer los delitos, algo cada día más habitual ya que estos dispositivos están reemplazando a los ordenadores para la mayoría de las actividades lúdicas. La Policía Nacional está siempre atenta a la distribución de este tipo de contenidos, sea a través del ciberpatrullaje de las redes, la colaboración ciudadana con otros países o a través de la industria de contenidos, para evitar que se perpetúe, en la medida de lo posible, el sufrimiento de las víctimas.
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