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“Es un honor haber llegado a las dos finales”
Ignacio Delgado, "responsable" de esta formación coral consiguió dos menciones honoríficas a la dirección
Fuenlabrada |
El coro del IES La Serna está de celebración por partida doble. El pasado 15 de junio, se traían a Fuenlabrada el segundo premio del XII Certamen de Coros Escolares de la Comunidad de Madrid, celebrado en el Teatro Calderón, además del premio honorífico a la Mejor Dirección.
Cogieron su alegría, la convirtieron en concentración y, tan sólo dos días después, el 17 de junio, salieron decididos hacia el Auditorio Nacional de Música de Madrid, donde tenía lugar el III Concurso Nacional de Coros Escolares, y alcanzaron, de nuevo, un memorable segundo puesto entre los más de 100 candidatos al galardón. Y tampoco se olvidaron de traer a casa el Premio a la Mejor Dirección, que, imaginamos, preside las estanterías de su profesor coral, Ignacio Delgado, junto al que consiguió el día 15.
SoydeFuenla ha hablado con 4 de las integrantes, Marta, Ainhoa, María e Irene, y con el “responsable” de todos estos logros y doblemente
premiado por su labor, su profesor, Ignacio (Nacho) Delgado.
Jóvenes promesas
La edad de los chicos y chicas que forman el coro del IES La Serna oscila desde los 13 hasta los 18 años. Reseñable. Sobre todo porque la mayoría de la gente piensa que los jóvenes no se toman en serio sus reponsabilidades, y estos chicos no solo dan clase, aprueban sus exámenes, hacen sus deberes, sino que, además, se sumergen en esta aventura musical. “Los ensayos se hacen como se pueden, en las últimas horas del viernes o en los recreos”, cuenta Nacho, recordando el poco tiempo libre que les queda, aunque admite que hay “algunos que se despistan y tienes que estar detrás”, con mucho humor, eso sí.
Luchando por un futuro
Marta, Ainhoa, María e Irene, sobre todo Marta y María, nos aseguran que la música es parte imprescindible de su vida, cueste lo que cueste mantenerla en ella. “Llego a casa a las diez de la noche (del Conservatorio) y me pongo a estudiar las cosas del instituto”, cuenta Marta, que confiesa que “lo paso muy mal, pero, si quiero hacer algo importante con la música, hay que apechugar”. Un sacrificio enorme que, esperan, tenga su recompensa. De momento, esos dos trofeos son prueba de que el esfuerzo vale la pena.
Lo importante es luchar, aunque sea, como dice Marta entre risas, “acabar componiendo música para ascensores”.